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LA PEDRA DE LA BOGERIA
Una història de la terapèutica psiquiàtrica

Aparato para la aplicación de terapia electroconvulsiva “Smallshock”, fabricado por la empresa valenciana Millás Mossi (c. 1950), Colección Ciéntífico-Médica de la Universitat de València.
Aparato para la aplicación de terapia electroconvulsiva “Smallshock”, fabricado por la empresa valenciana Millás Mossi (c. 1950), Colección Ciéntífico-Médica de la Universitat de València.

 

 

 

Desde la Antigüedad clásica, la presencia de un modelo médico en torno a la locura (identificada como una afectación más o menos aparente del lenguaje, la conducta o la competencia psicosocial) ha propiciado la utilización de tratamientos somáticos muy diversos. Así, la concepción tradicional de la locura como un desequilibrio humoral que compromete a las facultades rectoras del cerebro promovió la intervención sobre las llamadas cosas no naturales (la alimentación, el descanso, las pasiones), la práctica de maniobras como trepanaciones y sangrías, y, sobre todo, la administración de materia médica de origen vegetal: purgantes como el agárico blanco, el ruibarbo y el eléboro (especialmente indicado para los melancólicos) o sedantes como el alcanfor, la adormidera y el jarabe de absenta. Buena parte de estos remedios fueron utilizados hasta mucho después de la aparición de la psiquiatría como especialidad médica, que –más allá de instaurar un nuevo dispositivo institucional (el “manicomio moral”)– no contó con un abanico propio de recursos terapéuticos hasta bien entrado el siglo XX. De hecho, puede decirse que la era de la moderna terapéutica psiquiátrica no se inició hasta 1917 con la introducción de la llamada malarioterapia de la parálisis general progresiva por el psiquiatra austriaco Julius Wagner-Jauregg. A partir de ese momento, eso sí, se desarrollaron rápidamente una serie de tratamientos más o menos “heroicos” (de cierta eficacia, pero de carácter agresivo) para paliar expeditivamente los síntomas más dramáticos y disruptivos de la “enfermedad mental”, entre los que cabe destacar la insulinoterapia, el choque cardiazólico, el electrochoque y la psicocirugía, el más polémico de todos ellos. Poco después, la década de 1950 asistió a la irrupción de la psicofarmacología, introduciéndose sucesivamente diversos medicamentos para el tratamiento de estados y condiciones como la manía, la esquizofrenia, la depresión o la ansiedad. Como es sabido, estos fármacos se encuentran hoy en día entre los medicamentos más consumidos por la población, por lo que representan un negocio millonario y una porción muy destacada del gasto farmacéutico. Prestando una especial atención a su arraigo en determinados contextos sociales e institucionales, a su proyección cultural y a las controversias que ha suscitado su uso a lo largo de la historia, esta exposición se propone ofrecer un recorrido detallado por la panoplia de remedios con los que la medicina ha tratado (y trata) de extirpar la irredenta “piedra de la locura” y el sufrimiento psíquico.

 

 

 

 

 

Trepanación del hueso parietal izquierdo en un cráneo hallado en Roda de Ter (Barcelona) y datado en el periodo eneolítico,
Colección Ciéntífico-Médica de la Universitat de València.