UVCulturaUV Logo del portal

SALVAR EL PATRIMONIO, DEFENDER LA MEMORIA. FELIPE MATEU Y LLOPIS

Archivo del Reino de Valencia. Colección Fotográfica, álbum 4, núm. 288.

 

 

 

 

Felipe Mateu y Llopis (València 1901-Barcelona 1998) fue un prestigioso historiador, bibliotecario y numismático con quien la cultura valenciana tiene contraída una especial deuda de gratitud, por diferentes y notables motivos.
En primer lugar, por su fidelidad y dedicación a los estudios de erudición histórica de nuestro país y, en particular, en la investigación de la moneda propia del Reino, en su especialidad de numismático de gran autoridad; pero sobre todo, y muy especialmente, en el capítulo del salvamento y la defensa de algunos de los principales archivos valencianos en la dramática coyuntura de la guerra civil (1936-1939) y el desorden revolucionario, que amenazaba con destruir en unos meses las fuentes documentales y artísticas de una alta cultura forjada en setecientos años de vida del reino creado por la clarividencia de Jaime I.


La conmemoración este año del 25º aniversario de su muerte ofrece la oportunidad de reivindicar la figura de un hombre merecedor de los honores reservados a los benefactores del patrimonio público, por encima de riesgos personales y profesionales.
Fue catedrático de universidad de Paleografía y Diplomática, cargo que ejerció en Oviedo (1943), València (1943-1945) y, finalmente, Barcelona (1945-1971). Igualmente, fue miembro del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (1930), destinado en el Museo y Biblioteca Provincial de Tarragona, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, en el Archivo del Reino de Valencia (1937-1938), y ya, con carácter definitivo, ocupando la dirección de la Biblioteca de Cataluña (1940-1973), denominada Biblioteca Central de Barcelona durante el franquismo. En la biografía del Dr. Mateu se señalan tres etapas:


• En su juventud militó en el nacionalismo valenciano de la Segunda República. Miembro del grupo Acció Cultural Valenciana, junto a valencianos ilustres como Manuel Sanchis Guarner, Emili Gómez Nadal, Joan Beneyto Pérez, Vicent Genovés Amorós, Francesc Carreres de Calatayud, Antoni Igual Úbeda y otros, fue director de su órgano de expresión, el boletín Acció Valenciana (1930). En la misma época firmaba las Normes de Castelló (1932), que significaron la adhesión de la intelectualidad valenciana a la reforma gramatical del catalán promovida por Pompeu Fabra. Es destacable su libro El País Valencià, publicado en 1933 por la editorial L’Estel, n.º 3 de la recordada colección Quaderns d’Orientació Valencianista, una bella obra seminal, de presentación y vindicación del pueblo valenciano y su territorio histórico.


• Durante los años tormentosos de la guerra civil, que inició como conservador de Numismática del Museo Arqueológico Nacional, actuó valientemente en la preservación del monetario de oro, en gran parte confiscado y perdido. Pero el episodio más relevante lo protagonizó cuando, trasladado al Archivo del Reino de Valencia a principios de 1937, asumió, sin temer los peligros, el rescate de una ruina segura de muchos archivos de enorme valor: los de las catedrales de València y de Segorbe, fondos varios de la de Toledo y de Cuenca, archivos y bibliotecas conventuales, nobiliarios y de particulares, algunos salvados in extremis de las fábricas de papel. Fueron fundamentales en la empresa los medios prestados por el rector de la Universidad, Dr. José Puche Álvarez, y las credenciales del presidente de la Junta de Protección del Patrimonio Artístico de la República, Timoteo Pérez Rubio, así como la colaboración del catedrático Luis Gonzalvo, el archivero Fernando Ferraz, los bibliotecarios Rafael Raga, Abelardo Palanca Pons y Francisco San Román y otros. Igualmente, se debe a su conciencia cívica la recuperación de algunas obras de arte significativas de la catedral de València.


• En la posguerra fue nombrado director de la Biblioteca de Cataluña (1940), cargo que mantuvo más de treinta años como sucesor del destituido Dr. Jordi Rubió, y se adhirió al nuevo régimen. A la vez, iniciaba una brillante carrera académica como catedrático de Paleografía y Diplomática en la Universidad de Barcelona, donde llegaría a ser decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Con motivo de su jubilación (1971), dicha Universidad le ofreció un homenaje, con la emisión de una medalla conmemorativa de bronce. En abril de 1971 participó en el I Congrés d’Història del País Valencià, una asamblea memorable, de unidad intelectual y de altura científica, que celebró la Facultad de Filosofía y Letras de la Universitat de València.

 


La Biblioteca Histórica de la Universitat ha querido homenajear a este insigne valenciano y recordar su esfuerzo en defensa del patrimonio.