III-1 Queratoquiste
El queratoquiste odontógeno, es una lesión quística de los maxilares, más frecuente en la mandíbula, que deriva del crecimiento de restos de la lámina dental. En ocasiones puede tener un carácter múltiple. Histológicamente muestra un revestimiento interno escamoso, a menudo sin papilas, que madura en superficie produciendo material queratínico, a menudo con paraqueratosis. A pesar de su aspecto morfológico anodino es una lesión con notable potencial de crecimiento, pudiendo producir destrucción ósea masiva. La presencia de queratoquistes múltiples es un dato constante en el síndrome nevico-basocelular (síndrome de Gorlin-Goltz).
III-2 Quiste nasolabial
Lesión quistica con componente inflamatorio (hecho no siempre constante en este tipo de quiste) que muestra un revestimiento epitelial con áreas en monocapa de epitelio cilíndrico ciliado, a veces en continuidad a zonas de epitelio plano estratificado. La localización en partes blandas del fondo vestibular anterior y la detección del epitelio cilíndrico ciliado, a veces pseudoestratificado son claves en su diagnóstico.
III-3 Quiste de conducto tirogloso
Se trata de una lesión quística en la región anterior del cuello derivada de restos vestigiales del conducto tirogloso que une en la época embrionaria el agujero ciego lingual (foramen caecum) y la pirámide de Laloutte o lóbulo intermediario del tiroides. Se manifiesta como una tumefacción cervical anterior móvil con la deglución. Su revestimiento interno es variable dependiendo a la altura en que se desarrollen, cercanos a la lengua muestran casi siempre un revestimiento escamoso, cercanos al tiroides es frecuente encontrar folículos tiroideos en su pared. A menudo, como en el caso que se presentan, sufren cambios inflamatorios en su luz y a nivel parietal con pérdida ocasional de su revestimiento interno, que se ve sustituido por un tejido de granulación. Pueden a menudo infectarse y/o fistulizar a piel. En su vecindad pueden detectarse pequeñas adenopatías con cambios inflamatorios reactivos. Su malignización (carcinoma epidermoide o carcinoma papilar de tiroides) es un hecho muy raro y excepcional.