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Un viaje a Shaolin: la cuna de las artes marciales chinas

En la actualidad el Monasterio Shaolin atrae todos los días a miles de visitantes nacionales y extranjeros. Algunos de ellos son amantes del kungfu y llegan hasta aquí para entrenar y estudiar nuevas técnicas.

16 de noviembre de 2016

 Zhao Junming practicando kungfu.

 

Zhao Junming es un joven no demasiado alto, pero con el cuerpo muy bien formado. Nada más cruzarse con nosotros, nos lanzó un saludo y luego saltó al interior del coche. Enseguida nos dimos cuenta de la singularidad que nos transmitía este simple salto sin necesitar tener un profundo conocimiento sobre el gōngfu  (功夫) chino. Durante una breve conversación con él, nos enteramos de que el joven ya lleva 17 años practicando las artes marciales. De repente, nos dimos cuenta de que ya habíamos llegado a Dengfeng, donde se encuentra el famoso monasterio de Shaolin.

 

A pesar de que una parte del Templo Shaolin se ha abierto al público como una zona turística,
aun viven aquí muchos monjes aprendiendo y practicando el Budismo.

 

Este prestigioso templo se construyó en el año 496, época del emperador Xiaowen del la Dinastía Wei del Norte (386-534). La ubicación de este monasterio, en un bosque espeso de la montaña Shaoshi, le concede el nombre de Shaolin, teniendo en cuenta que lín (林) en chino significa “bosque”. Gracias a la película El Templo de Shaolin, filmada en el año 1982 por el director chino Zhang Xinyan y protagonizada por Jet Li, y a su enorme éxito, tanto en China como en el extranjero, este antiguo monasterio ha salido de su recinto aislado y su vida tranquila en las montañas para pasar directamente a la escena mundial y, así mismo, dar a conocer globalmente las artes marciales chinas.

 

A través de una expresión artística, el escenario de “El Zen-budista de Shaolin y la ceremonia musical”
explica las ideas de Zen y la cultura del Monte Song (uno de los 5 montes sagrados de China).

 

Efectivamente, es por esta película que la gente empezó a conocer y a enamorarse del kungfu chino. “Jet Li siempre ha sido mi ídolo y gracias a sus películas me he dedicado al estudio y perfeccionamiento de estas artes marciales”, nos dijo Zhao Junming durante nuestra visita al lugar. Para mucha gente, igual que para el joven Zhao, el Templo Shaolin se ha convertido en un monumento simbólico del “arte de la guerra” chino.

“Jet Li siempre ha sido mi ídolo y gracias a sus películas me he dedicado al estudio y perfeccionamiento de estas artes marciales”

En Dengfeng, puedes sentir la existencia de las artes marciales en cada rincón de la ciudad. Se ven muchas tiendas de trajes y accesorios de kungfu a los dos lados de las calles, de manera que parece que incluso sus dueños practican también este deporte. Según nos dijo Zhao, solamente en la ciudad de Dengfeng hay entre 50 y 60 escuelas de artes marciales y el mismo Zhao trabaja como monitor de un centro local. En la actualidad, en su escuela trabajan más de un millar de maestros y el número de alumnos supera los 20.000.

 

En la pared del cuarto de Zhao Junming se encuentra las ilustraciones del Baduanjin
(ocho piezas de brocado) con notas en chino e inglés.

 

En el camino en coche hacia el Monasterio Shaolin, pudimos ver muchos alumnos practicando en los parques y en los patios de recreo de las escuelas. Bronceados por el sol y sudorosos, ejercitaban con tesón y esfuerzo al aire libre. Mientras practicaban cómo dar patadas y realizaban grandes saltos, se levantaban inmensas nubes de polvo.

 

                                 Zhao Junming enseñando Kungfu a sus estudiantes extranjeros.

 

“Cada vez que regreso a mi pueblo natal, los amigos y parientes me preguntan si soy capaz de derrotar con mis propias manos a muchos enemigos”, nos contó Zhao sonriendo, “siempre lo niego porque, en realidad, desde que practico artes marciales me he convertido en una persona más tranquila en todos los aspectos y no me gusta nada pelear”. Para él, solo cultivando la mente y fortaleciendo el carácter puede uno mejorar en sus habilidades. Estas exigencias también constituyen un buen reflejo de lo que deben ser las artes marciales chinas: templanza, moderación y discreción.

 

Al lado del Templo Shaolin, hay bastantes escuelas de las artes marciales y
los estudiantes de aquí practican todos los días en el patio de la escuela.

 

En la actualidad el Monasterio Shaolin atrae todos los días a miles de visitantes nacionales y extranjeros. Algunos de ellos son amantes del kungfu y llegan hasta aquí para entrenar y estudiar nuevas técnicas. Zhao nos comentó que está contento de tener cada vez más a un número mayor de extranjeros entre sus estudiantes. Hasta el momento, ha enseñado kungfu a cerca de 800 extranjeros, así que ahora no sólo debe esforzarse por practicar kungfu todos los días, sino que también debe estudiar y mejorar su inglés. “Deseo ayudar a muchos amigos extranjeros a aprender sobre las artes marciales y a que se enamoren de ellas”, concluyó Zhou contento.

 

Una característica del arte marcial de Shaolin es aprender y practicar el Zen a través de Kungfu,
y la incorporación del Zen a la practica de Kungfu.

Un reportaje de
Sun Ying, Zhou Xiaogeng
孙颖 周晓更