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El Día Europeo de la Logopedia, que se conmemora el 6 de marzo, estará dedicado a la dispraxia del habla

  • 4 marzo de 2016
Niño en una sesión de logopedia

La dispraxia del habla es el trastorno más grave de los que afectan a la producción de los sonidos durante el desarrollo del lenguaje. Se estima que hasta un 0,2% de todos los niños pueden padecer dispraxia y el 4,3% de los casos derivan en trastornos del habla. El Día Europeo de la Logopedia del 6 de marzo tiene como objetivo visibilizar este trastorno y a los que lo padecen.

El próximo 6 de marzo el Día Europeo de la Logopedia centrará su atención en la dispraxia del habla o dispraxia verbal. Se estima que hasta un 0,2% de todos los niños pueden padecer dispraxia y el 4,3% de los casos puede derivar en trastornos del habla. Afecta más a niños que a niñas.

Este evento anual tiene un objetivo claro: informar. Informar a los pacientes acerca de qué tipo de ayuda pueden recibir y dónde. El Día Europeo de la Logopedia también pretende concienciar a la sociedad sobre los posibles desórdenes comunicativos y del habla, así como poner en valor el trabajo realizado por los logopedas. Entre los principales destinatarios de esta campaña comunicativa figuran los siguientes:

Pacientes y clientes. El Día Europeo de la Logopedia les ofrece información sobre los desórdenes comunicativos y del habla, así como posibles tratamientos.

Doctores, docentes y profesionales. Supone un punto de encuentro para los expertos en Logopedia de la UE.

Representantes políticos. Visibiliza la problemática de un colectivo que no puede expresar sus necesidades con la misma facilidad que los demás.

Periodistas y público en general. Las actividades del día de la UE cumplen con una labor divulgativa al ofrecer una amplia gama de información interesante acerca del habla y del lenguaje, trastornos de la comunicación y las posibilidades de tratamiento.

Terapeutas del habla y del lenguaje. Muestra la aportación de estos profesionales a la asistencia sanitaria y la educación.

Dispraxia del habla

La dispraxia verbal, también conocida como apraxia del habla o dispraxia articulatoria, es un trastorno neurológico que afecta al área del cerebro que controla el habla, interrumpiendo la transmisión de ciertos mensajes entre el cerebro y los músculos de la cara, y obstaculizando tanto la producción de sonidos como la secuencialización de los mismos. Las personas que padecen dispraxia del habla son incapaces de emitir los sonidos que quieren, lo que puede generar frustración.

Los niños con dispraxia verbal tienen un habla muy poco inteligible pero cuyos gestos y expresión facial indican que quieren comunicarse. Las investigaciones al respecto indican que no se observan problemas estructurales ni neurológicos en los mecanismos orales que justifiquen la ausencia de inteligibilidad. En los casos graves, estos síntomas se prolongan hasta la edad avanzada. Para ayudar en su tratamiento, se pueden realizar ejercicios relacionados con el aparato fonador y la lengua.

La dispraxia se asocia comúnmente con otras discapacidades o trastornos del desarrollo, como los déficits cognitivos, los trastornos del desarrollo de la coordinación y los síndromes genéticos.

En Dispraxia verbal: características clínicas y tratamiento logopédico (Revista de Neurología, 2005), A. Ygual-Fernández y J.F. Cervera-Mérida señalan que en el cuadro clínico del déficit práxico se pueden identificar los siguientes síntomas, entre otros:

  • Períodos de apreciable ininteligibilidad;
  • Errores en los sonidos del habla (emisión distorsionada de gran número de sonidos);
  • Errores en la articulación de vocales;
  • Fallos en la ejecución, en aislar y secuenciar movimientos orales, no de habla, de nivel automático;
  • Patrones desviantes durante el desarrollo del habla.

Los mismos autores señalan además que en el diagnóstico de dispraxia verbal se debe encontrar evidencia del problema motor (o fallo práxico) –acceso y ejecución de los programas motores que permiten pronunciar fonemas y secuencias de fonemas de forma automática– y del problema fonológico –incorporación, acceso y recuperación de las representaciones mentales de las formas fonológicas de las palabras que se construyen en base al código fonológico y las reglas fonotácticas del idioma–.

El 6 de marzo también servirá para visibilizar el papel de los profesionales de la logopedia en la mejora de la calidad de vida de las personas y colectivos que padecen algún trastorno del habla. Habitualmente esta disciplina se confunde con otras como la pedagogía, la psicología y la neurología, sin embargo, la logopedia tiene un campo de especialización muy concreto: los problemas de lenguaje que pueden padecer las personas a lo largo de la vida, como los derivados de procesos neurodegenerativos, accidentes, enfermedades psiquiátricas, etc.