
Para atajar los problemas derivados del bullying o acoso escolar, muchas veces es más eficaz involucrar a los propios alumnos que la intervención de los docentes. El nuevo modelo de 'mediadores' nos lo demuestra.
6 de mayo de 2016
El acoso escolar es uno de los problemas que más preocupan a los docentes y los padres de todo el mundo. Centros, profesores e investigadores han intentado durante años dar con soluciones efectivas para frenar estos ataques, pero no siempre han generado los efectos esperados.
Ahora, un nuevo proyecto sube a la palestra como una de las ideas más innovadores, y eficientes, para frenar el acoso escolar: los mediadores. Los mediadores son un grupo de alumnos del propio centro cuya labor consiste en detectar, intervenir y frenar los casos de conflicto que se puedan dar tanto dentro como fuera del aula.
Los mediadores intervienen en cuanto perciben alguna situación de conflicto o de mala adaptación. Ejercen de ‘consejo’ entre los alumnos implicados, escuchando ambas versiones de los hechos, y luego aplican una ‘sanción’ acorde a ambas partes del conflicto; ya sea realizar un trabajo o bajar al patio a recoger basura de forma conjunto, de manera que se fomentan relaciones interpersonales.
Los equipos de mediadores responden ante un grupo reducido de docentes que supervisan los conflictos cuando estos no son capaces de resolverlos por ellos mismos. Pero la idea principal es que la intervención de los profesores no sea necesaria, ya que se intenta motivar a los alumnos a implicarse y desarrollar sus capacidades de comunicación y empatía.
La primera comunidad autónoma en implantar este modelo de mediación fue el País Vasco en la década de los noventa. Lo siguieron Madrid y Cataluña. Sobre los efectos que han tenido estos modelos en España, la propia UV ha iniciado un proyecto de estudio, de la mano de la profesora del Máster en Política, Gestión y Dirección de Organizaciones Educativas, Laura García Raga.
‘Los mediadores son los que más positivamente valoran estas propuestas, ya que son quienes adquieren un gran aprendizaje, mejorando sus competencias sociales que pueden transferir a otros ámbitos, más allá del centro’ – explica García Raga.
Un estudio realizado en la Comunidad Valenciana por la asociación Convives, ha demostrado que un 90% del alumnado encuestado (un total de 1771 alumnos) recomendaría la mediación a un amigo o amiga.
Animar a los alumnos a involucrarse personalmente en los conflictos los empuja a mejorar su empatía y les aporta seguridad para tomar decisiones morales sobre lo que está bien y lo que está mal. Al mismo tiempo, permitir que los alumnos aporten información de primera mano puede resultar extremadamente beneficioso para los docentes y padres, ya que, muchas veces, los conflictos de desarrollan fuera del aula o través de redes sociales; por lo que solo los propios alumnos pueden percibirlos en su totalidad.