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Prácticas en extinción de incendios para los alumnos del máster en Prevención de Riesgos

prácticas prevención incendios

Las actividades prácticas son imprescindibles en la formación en temas de prevención de riesgos laborales. Por este motivo se incluyen jornadas como la que realizaron ayer los alumnos del máster de la Unviersitat de València en materia de incendios.

3 de mayo de 2016

Los alumnos del curso actual realizaron prácticas en extinción de incendios en la Escuela Mediterránea de Emergencias. La jornada, que forma parte del plan de estudios del máster en Prevención de Riesgos Laborales de la Universitat de València, contó con una parte teórica en la que los alumnos aprendieron las medidas adecuadas de actuación ante una situación de incendio en varias circunstancias. Posteriormente, los estudiantes participaron en la extinción de un conato de incendio simulado en las instalaciones de la escuela. En las actividades participaron bomberos profesionales en activo, como David Castillo y Juan José Agún, quien además es profesor del máster. 

La Prevención de Riesgos Laborales tiene un papel muy importante en la prevención de este tipo de emergencias. El peligro que conlleva el fuego ha desarrollado las medidas adecuadas para evitar accidentes de este tipo en el trabajo y en todos los ámbitos. La prevención en este campo es una de las más avanzadas y cuenta con una mayor concienciación social frente a este peligro.

Los alumnos del máster aprenden de forma práctica cómo apagar fuegos en simulaciones de incendios en espacios de trabajo

Antes de lanzarse a apagar un incendio con un extintor se debe tener en cuenta varios diversos factores en los que, principalmente, se calcula el nivel de peligro existente y si nuestra actuación va a ser eficiente con las herramientas de extinción que tenemos a nuestro alcance. Para ello, se debe tener en cuenta ante qué tipo de fuego nos encontramos según la tabla de tipos de fuego que recoge la norma UNE-EN 2:1994/A1 de 2005:

  • Clase A. Combustibles sólidos. Fuegos en los que la madera, cartón, papeles o materiales de este tipo actúan como carburante.
  • Clase B. Combustibles líquidos. El incendio se origina con ceras, alcohol, gasolina…
  • Clase C. Combustibles gaseosos. (Metano, gas natural, butano…)
  • Clase D. Materiales especiales. (Sodio, magnesio, potasio…)
  • Clase F. Fuegos derivados de ingredientes para cocinar (aceites, grasas...).

Además, en esta norma UNE también se hace mención a los fuegos que se producen y/o desarrollan en presencia de tensión eléctrica a través de materiales o elementos empleados en su producción, transporte o consumo. En algunos países se ha clasificado este tipo de fuegos como "Clase E". Sin embargo, en la actualidad se considera que estos fuegos no son en realidad ninguna clase específica dado que la electricidad no arde, arden los componentes bajo tensión. Por tanto, es el combustible el que define la tipología (generalmente pasan a ser de Clase "A"). No obstante, es interesante reconocer sus particularidades por su especial importancia a la hora de atacarlos con los correspondientes agentes extintores. 

Una vez se ha evaluado qué tipo de incendio se ha ocasionado, es momento de saber si con los extintores que tenemos a mano podemos ponerle fin. Para ello existen diferentes tipos de extintores capaces de apagar distintos tipos de fuego. Los más comunes son los siguientes:

  • Agua pulverizada. Puede apagar fuegos de combustibles sólidos de manera eficiente y líquidos, pero con más dificultad.
  • Agua a chorro. Funciona bien con combustibles sólidos, pero no es recomendable para otro tipo de fuego.
  • Polvo convencional. Es capaz de apagar fuegos de combustibles líquidos y gaseosos.
  • Polvo polivalente. Es el más efectivo, se adapta a incendios de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos y puede acabar con el peligro con un alto porcentaje de éxito en los tres casos.

 Las medidas de prevención de incendios se adaptan a los peligros de cada entorno laboral. Por este motivo, una fábrica que utiliza componentes químicos inflamables en su producción tendrá que tener a disposición del personal extintores capaces de apagar fuegos especiales. En cambio, los de los centros escolares no necesariamente deben ser tan específicos.