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El día de los Difuntos en Italia

  • Daniela Cerutti
  • 27 octubre de 2022

En italiano con el término ‘americanata’ se hace referencia a algo excéntrico y exagerado. A veces se usa también con la intención de criticar alguna costumbre estadounidense adoptada de forma algo forzada en Italia, como es el caso de Halloween.

Esta fiesta es cada año más popular entre pequeños y adultos pero no faltan quienes la critican argumentando que no tiene arraigo en Italia y que se ha copiado de las películas para fines meramente comerciales.

En la tradición italiana, el 1 y 2 de noviembre se celebran respectivamente el día de Ognissanti (Todos los Santos) y el día de Difuntos. En estas fechas en Italia se recuerda a los fallecidos con tradiciones diferentes según la zona y algunas son sorprendentemente parecidas a las que Halloween trae consigo.

En varias zonas de Italia, en la noche entre el 1 y el 2 de noviembre se suele dejar algún detalle para los difuntos que vienen a visitar a la familia: en Lombardia puede ser un simple vaso de agua, algo de vino, una calabaza o el ‘pan dei morti’, un dulce hecho con harina, galletas, almendras, pasas e higos. En cambio, en Trentino, Piemonte y Valle d’Aosta se prepara una mesa con platos, vasos y cubiertos, y se deja toda la noche. En Abruzzo, además de dejar la mesa preparada, se hacían calabazas talladas donde se ponía una vela y en Friuli también era tradición tallar las calabazas.

En algunos casos la comida no se regala a los muertos, sino a los vivos, como en Veneto, donde era tradición regalar a las jóvenes que se casarían pronto una bolsita con galletitas, las ‘favette dei morti’ (las habas de los muertos). Cuenta la leyenda que un joven de vuelta a Venecia después de meses de navegación, la noche del 31 de octubre se presentó en casa de su amada para pedir su mano. Como regalo le había traído unas habas, adquiridas meses antes. La novia abrió la cajita y se disgustó al ver las habas en mal estado. Para remediarlo, el chico acudió al mejor pastelero de la ciudad y pidió que le preparara unas habas dulces.

En Liguria es tradición comer los ‘balletti’ (castañas hervidas) y los niños y niñas la noche del 1 de noviembre solían ir casa por casa para recibir el ‘Bene dei morti’, es decir habas, higos secos y castañas antes de escuchar historias de miedo y leyendas que les contaban sus abuelos.

En Sardegna se hacía algo parecido, aunque los niños solían salir la mañana del 2 de noviembre y recibían pan, habas, almendras, pasas, granadas y otros productos del otoño.

En Roma, en cambio, era tradicional comer al lado de la tumba de un ser querido para que no se sintiera solo.

Pero la tradición más entrañable es sin duda la siciliana. Los niños y niñas al despertarse el día 2 de noviembre encontraban debajo de la cama unos regalos que los familiares difuntos les habían dejado durante la noche, junto con los ‘pupi di zuccaro’ (los muñecos de azúcar) o la ‘frutta di martorana’ (fruta hecha con pasta de almendra coloreada). El escritor siciliano Andrea Camilleri narra en uno de los cuentos recogidos en Racconti quotidiani sus recuerdos del día de Difuntos. Para quienes quieran poner a prueba su italiano, es posible leer el cuento aquí.

Si en cambio queréis probar algunos de los platos y dulces más típicos para la fiesta de Todos los Santos, podéis empezar vuestra búsqueda aquí.