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Vicent Ventura: su dimensión política

  • Escola Europea Pensament Lluís Vives
  • 14 junio de 2024
Mesa redonda: Nueva política valenciana en la transición
Mesa redonda: Nueva política valenciana en la transición

Mesa redonda: Nueva política valenciana en la transición. Lunes, 10 de junio de 2024. Aula Magna. Centro Cultural de la Nave.

La dimensión política de Vicent Ventura fue mayúscula. Así lo testifican y recuerdan Vicent Garcés, Carles Dolç y Ernest García en una mesa redonda que está entre los actos conmemorativos del centenario del nacimiento del político y periodista valenciano (1924-1998) en La Nau.

La influencia y el peso de Ventura en la política del País Valenciano fue enorme durante el franquismo y la transición. “Ventura era el demócrata conocido, que no es lo mismo que el demócrata público”, afirma Ernest García, “porque sus actividades eran clandestinas”. Profesor emérito de la Universidad de Valencia, García fue un militante comunista que tuvo relación con Ventura durante veinte años, desde la segunda mitad de los años 60. “El referente del antifranquismo en el País Valenciano fue Ventura”, asevera García, quien refuerza su afirmación con una anécdota: “En una reunión de activistas universitarios, en Francia, en la que estaba Santiago Carrillo, este solo hizo una pregunta: ¿Qué hace Ventura? Carrillo tenía un olfato especial para detectar las cosas que eran importantes, y Ventura era fundamental en aquellos años. Esta anécdota es muy significativa de lo que fue Ventura en aquellos años, anteriores a la muerte de Franco.”

Carles Dolç conoció a Ventura a principios de los 70, cuando formaba parte del Movimiento Comunista del País Valenciano (MCPV). “Tuve relación con Ventura como muchos otros. Era un personaje muy abierto, muy simpático. Yo, en los 60, ya sabía quién era Ventura, pero posiblemente lo conocí en el 72, cuando empezó a nacer un movimiento de unidad de las fuerzas democráticas”. Para Dolç, arquitecto de profesión, Ventura fue una persona “amable y generosa”. “Era algo notorio. Tenía buenas relaciones con mucha gente: políticos, empresarios, sindicalistas… Hace poco, Vicent Pitarch (filólogo y sociolingüista), escribió en un artículo que Ventura era un espíritu inquieto, antiautoritario y propenso a la heterodoxia. Creo que es una acertada definición de Pitarch sobre Ventura.”

Para Dolç, el carácter exuberante y apasionado de Ventura despertó sentimientos encontrados: “Por un lado, era un personaje muy atractivo, con mucha empatía, simpático. Eso lo convirtió en una especie de líder. Pero, al mismo tiempo, algunos percibían esa exuberancia como una falta de serenidad. Incluso hubo intelectuales que tuvieron reticencias con Ventura: no lo consideraban un intelectual. Y posiblemente tampoco hacía falta: era un político y activista, entregado a la lucha de izquierdas y valencianista.”

“Ventura”, dice Dolç, “planteó básicamente dos cosas: la primera, sacar al País Valenciano de su ambigüedad, es decir, crear una comunidad social y política que tuviera peso, unidad y fuerza, algo que todavía no hemos conseguido; y la segunda, como decía él mismo: «mi partido es el de la democracia, la democracia real», y eso a mí me encantaba.”

Vicent Garcés tuvo relación con Ventura en dos periodos: desde 1962 hasta 1970 y desde 1975 hasta 1980. “Durante la primera etapa, yo estaba en la universidad. Era la época de las tertulias, la clandestinidad… Yo estaba en el movimiento estudiantil. En el 62 se publica Nosotros los valencianos, de Joan Fuster; Raimon empieza a cantar. Recuerdo que Ventura era el hombre que creaba y organizaba. Estaba en todo. Era una luminaria en el desierto, o al menos así lo percibía yo.”

Profesor universitario y exparlamentario europeo, Garcés, que formó parte del PSPV, revela que Ventura se alejó de la política después del Estatuto de Benicàssim de 1981.

“Se declaró adversario de estos pactos y a partir de entonces comenzó a diluirse su figura política entre el desengaño y la desesperanza. Fue una situación para la cual él no había trabajado y con la que no estaba de acuerdo.”