
El programa de Voluntariado Cultural UV se puso en marcha en 1998 con motivo de la celebración del V Centenario de la Universitat de València.
Los y las voluntarias culturales desarrollaron una importante labor de respaldo las numerosas y variadas actividades que se llevaron a cabo: congresos, jornadas, conferencias, espectáculos, teatro, conciertos, exposiciones..., Además de mostrar y hacer de guías del edificio de La Nau.
En los últimos 15 años, más de 150 personas −la mayoría estudiantes de prácticamente todas las titulaciones y Nau Gran− han formado parte del Voluntariado Cultural. De su mano, más de 40.000 visitantes han conocido el edificio más emblemático de la Universitat, La Nau, y han sido alrededor de 65.000 los asistentes a visitas guiadas a las exposiciones temporales, integrantes todos de una gran diversidad de colectivos: centros de enseñanza de todos los niveles, congresos, asociaciones...
Los programas de voluntariado ofrecen a los estudiantes la oportunidad de una formación más amplia y una implicación personal, universitaria y social más allá de la académica. Asimismo, permite a personas con diferentes vínculos con la Universitat, como por ejemplo antiguos alumnos, gente de Nau Gran, etc., mantener el contacto con la institución y conectar el conocimiento que aporta el patrimonio universitario a la sociedad. Los testimonios de los y las voluntarias, desde los más jóvenes hasta los más veteranos, coinciden al destacar esta experiencia en un sentido muy positivo y enriquecedor.
Ana Soria es estudiante del Grado de Historia del Arte y, desde octubre de 2021, colabora como voluntaria con el servicio de Voluntariado:
“Empecé haciendo los cursos de dos o tres semanas del SEDI, un poco por curiosidad y para ganar experiencia en mi rama, y desde entonces me ha ayudado mucho. Ponerme frente a personas que no conozco me pone nerviosa y ahora lo gestiono mejor. En las primeras visitas iba acompañada de algunos voluntarios más veteranos, que te enseñan y te dan algunos consejos muy prácticos.
Normalmente, hago las visitas en el Centre Cultural La Nau y a las exposiciones. Cada vez que se monta una nueva muestra, hacemos una microformación con la persona que la comisaría y con el artista y, de este modo, tenemos toda la formación.
Aunque ya no contabilizo las visitas, desde que empecé llevaré más de veinte, entre ellas de escolares -que no muestran demasiado interés- y de grupos de personas mayores, grupos más agradecidos, atentos y con interés por el tema que tratamos”.
Por su parte, Jorge Alonso es un médico jubilado que en 2018 decidió plantearse una serie de objetivos en esta nueva etapa vital y empezó como estudiante de Nau Gran, en el itinerario de Historia:
“El voluntariado siempre me ha parecido muy encomiable desde el punto de vista humanístico y me pareció una buena forma de afrontar la jubilación. Así que enseguida hice el curso del SEDI y, pocos meses después, ya empecé a hacer visitas en La Nau y el Palacio de Cerveró que, aunque solo de vez en cuando lo visitamos, las exposiciones que este espacio histórico acoge son interesantísimas, de carácter social y científico y muy relacionadas con mi profesión.
Las exposiciones temporales tienen mucho auge actualmente, tanto de grupos escolares como de gente adulta, asociaciones culturales, gente de la Nau Gran, antiguos alumnos...
La experiencia es muy positiva, pero debemos tener claro lo que somos los voluntarios. Más allá de esto, sí que echo de menos que se cuente más con nuestra visión, porque estamos a ‘pie de obra’ a la hora de recabar opiniones, así como tener un poco más de formación. Estoy muy volcado en mi actividad y es muy enriquecedora, porque hago cosas que no había tocado nunca en mi profesión”.