Universitat de València
- Rausell Segarra, Carolina
- PDI-Titular d'Universitat
- Real Garcia, Maria Dolores
- PDI-Catedratic/a d'Universitat
- Garcia Robles, Inmaculada Rosa
- PDI-Titular d'Universitat
- Secretari/a de Departament
- Robles Fort, Aida
- PIT-Tecnic/a Sup Uv
- María Benito Jardón
La resistencia a antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos y será un serio problema si no conseguimos desarrollar nuevas terapias. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha nombrado la resistencia antibiótica como una de las tres amenazas más importantes para la salud del siglo XXI. Por tanto, resulta evidente la necesidad de desarrollar nuevos antimicrobianos.
Por otro lado, el cáncer de mama es el de mayor incidencia en Europa (458.718 casos, 13% del total) y el segundo a nivel mundial (1.7 millones de casos, 12% del total). El tratamiento del cáncer de mama requiere un abordaje multidisciplinar personalizado para cada individuo, que combina cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapias hormonales. El cáncer de mama triple negativo (TNBC) no responde a las terapias hormonales ya que carece de receptores y está asociado con un riesgo de metástasis cuatro veces mayor que otros tipos de tumores mamarios, ocurriendo la mayoría de las muertes en los primeros cinco años. La quimioterapia es el único tratamiento para el TNBC, pero su alta citotoxicidad también para las células sanas y la aparición de quimiorresistencias hace necesario encontrar otras opciones de tratamiento. Una mejora interesante sería el desarrollo de nuevos fármacos contra el cáncer de mama triple negativo, que maten selectivamente células tumorales o mermen su proliferación y que no se vean afectados por los mecanismos de resistencia ya conocidos.
Investigadoras de la Universitat de València han desarrollado un péptido para su uso como antimicrobiano en el tratamiento de infecciones producidas por bacterias Gram+, Gram- y hongos; además de efectivo para su uso en el tratamiento del cáncer. Los péptidos antimicrobianos (AMPs, del inglés antimicrobial peptides) son candidatos prometedores como nuevos agentes antibióticos, dado que poseen un mecanismo de acción alternativo al de los antibióticos convencionales y por tanto, son excelentes agentes para contrarrestar el desarrollo de resistencia a los antibióticos. La rapidez con la que los péptidos antimicrobianos promueven la muerte celular es un factor adicional que contribuye a disminuir la probabilidad de desarrollar resistencia. Por otra parte, estos péptidos también pueden actuar sinérgicamente con los antibióticos convencionales potenciando su actividad terapéutica.
Además, los péptidos desarrollados presentan una actividad antiproliferativa independiente de las rutas mayoritariamente mutadas en cáncer, por lo que su uso junto con los agentes quimioterapéuticos ya existentes aumentaría la eficacia del tratamiento de cáncer, y en particular del cáncer de mama.
Aunque otros péptidos similares se habían estudiado con anterioridad, hasta esta invención no se habían desarrollado péptidos modificados con mayor eficacia y su composición farmacéutica.
La principal aplicación de esta invención es en el sector sanitario, siendo de especial interés para el tratamiento de:
- Enfermedades producidas por bacterias Gram positivas.
- Enfermedades producidas por bacterias Gram negativas.
- Enfermedades producidas por hongos.
- Cáncer, en especial el cáncer de mama triple negativo, en combinación con los quimioterapéuticos habituales.
Las principales ventajas aportadas por la invención son:
- Tratamiento con baja probabilidad de adquirir resistencias.
- Sinergia con los antibióticos habituales.
- Actividad intrínseca anticancerígena independiente de las vías de señalización frecuentemente mutadas.
- Patente concedida
Campus de Blasco Ibáñez
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