2. Interface - Interficie

Figura 2.1: Portada edición bibliófilo La Tempestad (1993)

Uno de los aspectos más importantes, complejos y creativos a la hora de realizar la traducción-edición del texto shakespeariano está relacionado con la dispositio textus o presentación final del texto por parte del editor-traductor.

La elección de fuentes tipográficas, la disposición y presentación del texto sobre la página, la infraestructura textual y paratextual o incluso la elección de un determinado tipo de papel, son fruto de una serie de decisiones pragmáticas en la que los editores-traductores muestran qué tipo de soluciones proponen y cómo y por qué nos presentan el texto de ese modo en particular y no de otro.

Un ejemplo aplicado de este tipo de decisiones lo podemos encontrar al comparar la interfaz táctil y visual de The Tempest en las ediciones Bibliófilo y Cátedra que prepara a principio de la década de los noventa en nuestro país el colectivo de miembros del Instituto Shakespeare de la Universidad de Valencia.

En la figura 2.1, imagen que muestra la portada de la edición bibliófilo de The Tempest de 1993, podemos ver cómo se reproduce en castellano la apariencia formal de algunos de los elementos que aparecen en el First Folio shakespeariano de 1623 mediante el uso de una interfaz visual similar a la que se puede encontrar en ese texto. La inclusión y ubicación de la cenefa superior y el uso de líneas delimitadoras simulando la caja junto a una tipografía y disposición textual concreta indican al lector que el texto intenta aproximarse desde un punto de vista creativo al documento original.

Por lo que respecta a la interfaz táctil podemos comentar dos aspectos: el primero está relacionado con la sensación táctil (e incluso olfativa) que proporciona adicionalmente el uso de un papel denominado Chamois Modigliani de un grosor y composición específica; el segundo, está relacionado directamente con la tecnología gutenbergiana ya que se incluyen todos los pliegos que conformarían la edición definitiva encuadernada y, en este caso, hemos de saber que dichos pliegos no se leen del mismo modo que las hojas en un libro convencional.

En el caso de la figura 2.2, que corresponde a la edición Cátedra o edición académica de The Tempest de 1994 nos encontramos con el mismo texto pero en una interfaz táctil y visual algo diferente porque, entre otros aspectos, podemos comentar que:

  1. la calidad del papel es muy inferior y ya no se tiene la misma sensación táctil,
  2. el texto está encuadernado y no podemos experimentar la lectura del pliego,
  3. el texto está dispuesto de manera paralela y aparece conjuntamente en inglés y castellano,
  4. debajo del texto en inglés aparece un aparato editorial donde se incluyen las diversas notas sobre los múltiples aspectos relacionados con la obra (ej. escénicos, lingüísticos, bibliotextuales, etc.) e incluso se proporciona un apéndice adicional, al final del volumen, donde podemos consultar el aparato crítico.

En este caso, hemos seleccionado estos ejemplos porque, pese a que aparentemente podría parecer que las diferencias entre ambos son bastante significativas, hemos de tener en cuenta que las nuevas posibilidades del entorno digital de Internet nos permiten alternar entre ambos tipos de presentación gracias a que, inicialmente, podemos separar los contenidos de los documentos de la presentación en que los vamos a visualizar. Aspecto este que, obviamente, adquiere una nueva dimensión y problemática y que, a diferencia del medio impreso, nos permite actuar con un margen de actuación mucho mayor gracias al uso de herramientas y/o utilidades complementarias (ej. hojas de estilo, lenguaje de marcado, etc.).

Figura 2.2: Primera página de La Tempestad (1994)



Otro de los aspectos más interesantes en relación a este nuevo tipo de diseños en el World Wide Web nos lo apunta Michael Best [52] al hablarnos en su ``Scholarly Editions of Shakespeare for the Internet'' de las posibilidades que adquiere la publicación de este tipo de textos en el entorno digital.

Posibilidades que, en su forma más metafórica que física, pasan por el empleo de un navegador o sistema de hipertextos y una conexión a Internet para acceder a un gran número de textos y a sus posibles y múltiples variantes (ej. gráficas, textuales, etc.).

También resulta interesante abordar el tema de la importancia que adquiere el estudio de la disposición de los distintos elementos que se pueden incluir en el texto dramático |M 4|. Texto dramático que se considera en ocasiones un documento de trabajo o un documento de lectura, contemplación e incluso admiración y que plantea una serie de puntos de vista dispares entre los profesionales del teatro, los propios editores y los lectores (e incluso usuarios) potenciales.

Aspecto este último que en ocasiones cuestiona la propia ontología del texto y que en el contexto shakespeariano se ha estudiado en múltiples ocasiones.2.1


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