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Medalla, a título póstumo, para el químico Fernando Sapiña, y ‘honoris causa’ para el premio Nobel de física Barry Barish

  • 23 julio de 2019
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El Consell de Govern de la Universitat de València ha aprobado este martes otorgar la Medalla de la institución, a título póstumo, al químico Fernando Sapiña, e investir como doctor ‘honoris causa’ al premio Nobel de física de 2017 Barry C. Barish.

Fernando Sapiña

Fernando Sapiña, profesor titular de Química Inorgánica de la Universitat de València e investigador del Instituto de Ciencia de los Materiales (ICMUV), murió en enero de 2018. La decana de la Facultad de Química, Adela Mauri, ha destacado, además de su gran nivel investigador, su calidad humana, su capacidad de emprendimiento y su pasión por la divulgación científica.

La investigación de Fernando Sapiña se centraba en el diseño de vías de síntesis de materiales con composición, microestructura y propiedades controladas, así como a su caracterización. Ha trabajado, entre otros temas, en magnetismo molecular, superconductores de alta temperatura crítica, materiales magnetoresistivos y materiales para barreras térmicas. En estas áreas, es autor o coautor de más de 90 artículos de investigación.

Fernando Sapiña era miembro del Consejo Asesor de la Cátedra de Divulgación de la Ciencia-UCC+y de la Universitat de València, donde dirigía las colecciones Sense Fronteres, Sin Fronteras y Ciència entre lletres (Publicacions de la Universitat de València). Además, publicó los libros ‘Un futur sostenible’ y ‘El repte energètic’, finalistas del Premio Europeo de Divulgación Científica Estudi General en 2000 y 2004, respectivamente, como consecuencia de su preocupación por el cambio global y el desarrollo sostenible.

Como divulgador científico, Fernando Sapiña ha impartido numerosas charlas, talleres y ha participado en actividades referidas al cambio global, nanotecnología y a la relación entre cocina y ciencia. Ha colaborado con la revista Métode, donde ha coordinado varios monográficos y tenía una sección fija, La ciència a taula; y con Acció Cultural del País Valencià, dentro del Espai Ciència.

Barry C. Barish

Barry C. Barish (Omaha, EEUU, 1936), profesor del Instituto de Tecnología de California (Caltech), recibió el premio Nobel de Física de 2017. El profesor Santiago Noguera, del Instituto de Física Corpuscular (IFIC), ha resaltado durante el Consell de Govern, la colaboración estrecha de Barish con investigadores de la Universitat de València, y la trascendente primera detección de ondas gravitatorias.

Estudió Física en la Universidad de California en Berkeley, donde también se doctoró en física experimental de altas energías a principios de los años 60. En 1963 llegó a Caltech, donde ha transcurrido toda su carrera científica. En su vertiente experimental, desarrolló el primer experimento con un haz de neutrinos de alta energía en Fermilab, el principal laboratorio de física de partículas de Estados Unidos. En los 90 formó parte de uno de los experimentos del Súper Colisionador Superconductor (SSC), un gran acelerador de partículas que iba a construirse en Texas y que finalmente fue cancelado, aunque parte del equipo pasó a trabajar en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN.

En 1994 Barish se convirtió en el investigador principal de LIGO. Consiguió la financiación para la construcción de las dos sedes del observatorio (Livingston y Hanford) y, como director a partir de 1997, creó la colaboración científica LIGO, donde participan más de 1.000 científicos y técnicos de 18 países, entre ellos España. De 2006 a 2013 lideró el proyecto para diseñar el Colisionador Lineal Internacional (ILC), un nuevo acelerador de partículas de precisión para profundizar en los descubrimientos del LHC como el bosón de Higgs donde colabora activamente el Instituto de Física Corpuscular.

En febrero de 2016, la colaboración LIGO anunció la primera detección de ondas gravitacionales procedentes de la fusión de dos agujeros negros, a la que siguieron otras detecciones similares. Barish fue premiado junto a Rainer Weiss y Kip Thorne, otros de los impulsores de LIGO, con el Nobel de Física de 2017 “por sus contribuciones decisivas al detector LIGO y la observación de las ondas gravitacionales”. Los tres compartieron el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica de ese año con la colaboración LIGO.