El Instituto Confucio de la Universitat de València (ICUV) ha participado en la soleada mañana del sábado 3 de noviembre en las actividades organizadas por el XI aniversario de La Marina Real. En esta ocasión, el ICUV ha colaborado con las mujeres afectadas por cáncer de mama, que integran el equipo de remo del barco-dragón de la ciudad de València, y que han exhibido la primera embarcación de este tipo que ha surcado las aguas de la dársena histórica. Se trata de una tradicional piragua china, con cabeza y cola de dragón, que ha sido tripulada por el equipo Dragon Boat BCS Valencia, formado por 12 mujeres que han padecido cáncer de mama.
El Dragon Boat-BCS (Supervivientes de Cáncer de Mama) es un movimiento internacional, inspirado en la investigación de la medicina deportiva del especialista canadiense Donald McKenzie, y que une a mujeres que han superado esta enfermedad para remar en botes de dragón siguiendo el ritmo del tambor en beneficio de su salud física y su bienestar social. Se da la circunstancia que los botes de dragón es uno de los deportes tradicionales de la cultura china que se celebra en el quinto día del quinto mes lunar (suele coincidir en Occidente en el mes de junio), según el calendario tradicional. Es por ello que el ICUV, en palabras de su director, Vicente Andreu, “ha querido atender la llama de este grupo de voluntariosas mujeres que han ensamblado perfectamente ambas culturas, la china y la valenciana, además de mejorar con ello su calidad de vida”.
El Dragon Boat BCS Valencia participó en verano en una competición internacional celebrada en Florencia. Hasta el momento, existen 7 equipos de barcos-dragón en España y más de un centenar en el resto del mundo, con una mayor presencia en Canadá, EE. UU. y Australia. La fiesta de los Botes de Dragón es una de las más importantes del calendario tradicional chino, junto con la del Año Nuevo y la del Medio Otoño. Honra la figura del poeta Qu Yuan (340-278 a.C.) quien se tiró al río mientras quienes acudieron a auxiliarlo con las barcas y no pudieron salvarlo, quisieron preservar su cuerpo arrojando zongzi, pastelitos de arroz glutinoso en hojas de bambú, para que los peces comieran de este alimento y no el cuerpo del poeta.
