8 de junio de 2017

Allí donde hay riesgos, hay una oportunidad de trabajo para un actuario. Con las herramientas analíticas adecuadas, ayuda a las empresas, instituciones y organismos, públicos y privados, a planificar su futuro y protegerse mejor contra las pérdidas, esperadas e inesperadas.
Una correcta comprensión de la naturaleza y el alcance de los riesgos inherentes al desarrollo económico y social, contribuye al beneficio sostenible de las actividades empresariales, a la inversión adecuada de los ahorros para la jubilación, al diseño y oferta de coberturas a un precio equitativo y, en general, a la estabilidad financiera de las personas y de la sociedad en general.

El actuario contribuye a la estabilidad financiera de las personas y de la sociedad en general 

Compañías de seguros, entidades financieras, gestoras de fondos de inversión, fondo de pensiones y cada vez más empresas y corporaciones con una visión moderna y global de la gestión de los riesgos, toman sus decisiones previa consulta a los actuarios, porque su visión de los problemas proporciona una auténtica salvaguardia frente a la ocurrencia de sucesos no deseados e incluso catastróficos.

Buena parte de estas responsabilidades, además, están reguladas por la legislación europea y nacional de seguros y de pensiones,  reconociendo expresamente la capacidad del actuario para desarrollar su función como una pieza clave más del sistema de gobierno de las empresas.

Además, son muchos los informes sobre empleabilidad, nacionales e internacionales, que sitúan a la profesión actuarial como una de las mejor posicionadas en cuanto a retribución, posibilidades de crecimiento y calidad del entorno laboral.

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