El Colegio Mayor Lluís Vives, hoy Espai Vives, es una pieza relevante de la arquitectura valenciana del s.XX proyectada por Javier Goerlich Lleó en 1935 e inaugurada en 1954.
Junto con la Facultad de Ciencias, Medicina y su hospital, el Colegio Mayor Lluís Vives contribuyó a conformar un nuevo escenario urbano a lo largo del paseo de Valencia al mar, que se conoció como la nueva ciudad universitaria.
Además del valor histórico-urbanístico a escala de ciudad del conjunto formado por la avenida y los edificios universitarios, el Colegio Mayor Luis Vives constituyó un hito referencial por si mismo debido a su valor artístico-arquitectónico. Buen ejemplo de la arquitectura de su época, su autor recurrió a un racionalismo sobrio y ortodoxo caracterizado por una distribución de espacios resuelta conforme a una planta decididamente simétrica y una formalización aerodinámica que muestra su habilidad en el manejo de las formas curvas, las piezas geométricas simples y los criterios ortogonales. Goerlich combinó la marcada horizontalidad empleada en la composición de sus fachadas, subrayada con claridad mediante impostas y remates, con detalles que evocaban la arquitectura naval. Por sus valores históricos, artísticos y arquitectónicos está incluido en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Valencia como Bien de Relevancia Local (BRL).
Desde su construcción sirvió de residencia a profesores y estudiantes universitarios hasta el mes de julio de 2012, año en el que, tras detectarse patologías graves en la estructura, se decidió su cierre.
Tras estudiar la viabilidad de su reapertura como residencia de estudiantes, se optó por el respeto de la volumetría original recuperando el colegio mayor como un edificio dirigido a satisfacer la necesidad histórica de la existencia de un centro de servicios dirigidos al estudiantado en el Campus de Blasco Ibáñez.
A nivel patrimonial el objeto de la actuación ha sido abogar por la recuperación y el fomento de sus valores originales, respetando la imagen arquitectónica de sus fachadas y sus elementos estructurales definitorios. Los elementos singulares que se han mantenido han sido la composición y materialidad de fachadas, la marcada simetría de su organización funcional, los acabados de planta baja, la cerrajería exterior y la distribución de parterres en las zonas ajardinadas.
El nuevo Espai Vives se ha convertido en un espacio de servicios y encuentro para el alumnado y, a su vez, ha recuperado la programación de actividades de interés socio-cultural que durante años lo situaron como un referente en la ciudad de Valencia.