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Galileo, el padre de la ciencia moderna

  • 15 febrero de 2018
Galileo Galilei
Galileo Galilei

Galileo Galilei (Pisa, 15 de febrero, 1564) formuló las primeras leyes sobre el movimiento. En el campo de la astronomía, cabe destacar la confirmación empírica del modelo heliocéntrico del universo, que consiguió gracias a sus observaciones telescópicas. Su mayor aportación en el ámbito científico, y la que ha tenido consecuencias trascendentales, fue la introducción de la metodología experimental. Este logro le ha aportado la consideración de "padre de la ciencia moderna".

En 1581, Galileo ingresó en la Universidad de Pisa como estudiante de medicina por voluntad de su padre. Sin embargo, sus motivaciones intelectuales se enfocaban en el ámbito de las matemáticas, aunque también al de la filosofía y la literatura. Pasados ​​algunos años, abandonó la Universidad de Pisa sin un título como médico. Volvió a Florencia en 1585 para dedicarse profesionalmente al estudio matemático y obtener un empleo regular en las universidades de Bolonia, Padua o la propia Florencia.

Durante su trayectoria criticó las explicaciones aristotélicas de la caída de los cuerpos y del movimiento de proyectiles. Hasta el momento, la única teoría válida era la planteada por Aristóteles, que había afirmado que los cuerpos más pesados ​​caían más rápido. Galileo, por su parte, refutó esta teoría casi dos mil años después lanzando distintos pesos desde la parte más alta del Campanile de Pisa. Así, demostró la falsedad de este concepto, y comprobó que ambos cuerpos llegaban al suelo al mismo tiempo.

De ser cierta esta conocida anécdota, el episodio de la torre de Pisa dataría el nacimiento de la metodología científica moderna, y Galileo se proclamaría como "padre de la ciencia moderna". Hasta el momento, la ciencia era fundamentalmente especulativa. Las ideas y teorías de los grandes sabios de la antigüedad y los padres de la iglesia eran venerados como verdades indudables e inmutables. Galileo, contrariamente a los procedimientos de investigación establecidos, partía de la observación de los hechos, sometiéndolos a condiciones controladas y medibles en experimentos. Su trabajo resultó muy útil para el establecimiento de las leyes de la dinámica, que culminaría el científico Isaac Newton posteriormente.

Galileo descubrió la existencia de los cuatro satélites de Júpiter, que ponían en entredicho el hecho de que la Tierra fuera el centro del universo

En 1609, Galileo conoció la existencia del anteojo, un nuevo instrumento óptico que mejoró hasta convertirse en el famoso telescopio. Así, Galileo extrajo un provecho científico decisivo de este aparato, que fue crucial para las primeras observaciones astronómicas. Gracias a él, descubrió la existencia de los cuatro satélites de Júpiter, que ponían en entredicho el hecho de que la Tierra fuera el centro del universo. Tal como ya había afirmado Copérnico previamente, Galileo confirmó de forma empírica que nuestra cosmología era heliocéntrica y no geocéntrica.

Para defender la validez del modelo heliocéntrico de Copérnico frente al geocentrismo imperante en la época y propuesto por Tolomeo, Galileo se enfrentó a un duro proceso inquisitorial que incluyó sus obras y las de Copérnico en el Índice de obras proscritas, prohibiendo así la enseñanza en público de las teorías científicas que caminaban en la dirección contraria a las tesis eclesiásticas y académicas de la época.

En 1992, casi cuatro siglos después de la muerte de Galileo, el papa Juan Pablo II encargó una revisión del proceso inquisitorial a que fue sometido el famoso investigador, y reconoció el error cometido por la iglesia católica.

Con el paso de los siglos, la figura de Galileo se ha convertido en una especie de símbolo, el del triunfo de la razón en contra del oscurantismo medieval y el dogmatismo.