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Los beneficios de la igualdad de género en la economía

igualdad de genero

El fin de las desigualdades entre hombres y mujeres que desarrollan el mismo trabajo añadiría un 26% más de riqueza al Producto Interior Bruto mundial y contribuiría al crecimiento de la economía pública y privada.

11 de febrero de 2016

La desigualdad en el mercado laborar entre hombres y mujeres todavía es notable en la actualidad. Según el informe anual del Foro Económico Internacional, las mujeres ganaron en 2015 una media de 10.000 dólares al año menos que los hombres desarrollando el mismo trabajo. La población femenina mundial es similar a la de los varones, pero esta igualdad no se refleja en el mundo laboral, un hecho que influye negativamente a las economías debido al desaprovechamiento de gran parte de la población activa.

Una serie de tendencias en todos los niveles sociales y económicos han contribuido a la permanencia de la creación de situaciones injustas en el ámbito del trabajo. Uno de estos aspectos ha sido que la ocupación de la mujer se ha concentrado en sectores laborales con remuneraciones bajas, como el trabajo doméstico. Al tratarse de un empleo que no requiere niveles educativos altos y carece entre otras cosas de asociacionismo y regulaciones especiales, los salarios siempre han sido precarios y vulnerables. Según un estudio de la Organización Mundial del Trabajo, el 42,5 por ciento de los trabajadores domésticos en el mundo “no gozan de un régimen de salario mínimo a pesar del hecho de que en los países en los que trabajan, los salarios mínimos sí que se establecen para los demás trabajadores”.

Igualdad y rentabilidad

Ante la situación de desigualdad, varios estudios apuntan que las empresas que han alcanzado altos niveles de paridad en las que las mujeres también ocupan cargos de responsabilidad y liderazgo han visto incrementada la rentabilidad de sus cuentas.  Según un estudio del Peter G. Peterson Institute for International Economics (PIIE), para las compañías con beneficios en el último ejercicio, un 15% del aumento de su rentabilidad se le atribuye al incremento de un 30% de la representación femenina en estos puestos de trabajo. Aun así, el 60% de un total de 22.000 empresas de todo el mundo que han participado en este estudio no tienen mujeres ocupando altos cargos.

Este informe establece una correlación entre la presencia de mujeres en estos cargos y la rentabilidad de su empresa en la que se refleja la falta de discriminación de género. Un alto grado de paridad contribuye a un rendimiento superior debido a la mayor “diversidad de funciones” que puede desempeñar el equipo de trabajo. Asimismo, la equidad laboral entre hombres y mujeres podría estimular el crecimiento de las economías que están envejeciendo con rapidez al mitigar el impacto de la reducción de mano de obra, así como podrían contribuir a un desarrollo económico más amplio en las economías en desarrollo, por ejemplo a través de tasas más altas de matriculación escolar de las niñas según indica un informe del Fondo Monetario Internacional.

Las mujeres generan el 37% del PIB mundial en una actualidad donde prima la disparidad entre ambos géneros. Ante esta situación, el Instituto McKinsey ha publicado un estudio en el que advierte que en un presumible escenario donde se diera un alto grado de paridad e igualdad entre hombres y mujeres que desarrollan el mismo trabajo se añadirían hasta 28 billones de dólares a la economía mundial en 2025, lo que supondría un incremento del 26% del PIB. Para alcanzar estas cifras se destaca que el 75% del trabajo no remunerado lo realizan las mujeres. Resolviendo este problema se añadirían hasta 10 billones de dólares, una cifra que se traduciría en un aumento del 13% del PIB global.