Esta nota de investigación analiza por qué algunas empresas familiares logran adaptarse mejor durante crisis globales. La propuesta es clara: contar con un CEO que haya enfrentado con éxito una crisis anterior, como la de 2008, puede mejorar el desempeño de la empresa en nuevas situaciones de incertidumbre, como la COVID-19. Se identifican dos tipos de ventajas: una racional, relacionada con una mayor capacidad para impulsar la transformación digital y alinear la estrategia con los cambios del entorno, y otra emocional, basada en reforzar la identificación de la familia con la empresa gracias a esa experiencia previa. Además, el impacto del CEO varía según el contexto cultural: es más fuerte en países con culturas individualistas, donde el liderazgo individual tiene mayor peso.