16 de de maig de 2019

Ricard Martinez. Director de la Cátedra de Privacidad y Transformación Digital Microsoft-Universitat de València. Publicado originalmente en El Mundo Comunidad Valenciana. 

El 28 de enero celebramos el Día Internacional de la Protección de Datos con el reto de asegurar la plena implantación del Reglamento General de Protección de Datos. España ha desarrollado intensos esfuerzos en esta materia, la LORTAD en 1992, la LOPD en 1999, hoy con el Reglamento General de Protección de Datos. Nuestras universidades forman juristas expertos en esta materia, y profesionales de alta calidad en tecnologías de la información y la seguridad, valorados en todo el continente.

Afrontamos los retos de la Cuarta Revolución Industrial con un conjunto de herramientas que deberían asegurar disponer de inmensos lagos de datos de alta calidad. Nuestras administraciones públicas acumulan decenios de información informatizada y deberían digitalizarse rápidamente. En sanidad, nuestra historia clínica electrónica fue pionera en la Unión con un grado de digitalización sin rival en el mundo. Esto ha sentado las bases para adquirir un alto nivel de excelencia en investigación con datos de salud. Nuestras empresas, deben seguir trabajando duro en la inversión tecnológica y apostando por un posicionamiento en internet en un ecosistema económico cuyo ADN exportador responde a una tradición centenaria.

En este contexto, las sucesivas oleadas de la normativa sobre protección de datos han ido definiendo un sustrato material que puede ser vital para la transformación digital y para sus manifestaciones más significativas como la inteligencia artificial. Hemos construido juntos una cultura de transparencia y cumplimiento normativo que asegura una adecuada recogida de los datos. Hemos dotado a nuestros sistemas de herramientas para el mantenimiento actualizado de la información y la garantía de la seguridad. Disponemos de información confiable, legítimamente obtenida y de alta calidad. Particularmente en el sector público.

Paralelamente, ha crecido nuestra capacidad para la investigación con datos en distintos ámbitos. Nuestras universidades poseen una significativa masa crítica de investigadores en matemáticas, física, medicina, biología, biotecnología, informática, economía, marketing, o derecho, -sólo por citar algunas áreas-, con una enorme capacidad para imaginar una nueva Comunidad Valenciana y formar a la generación que la está construyendo.

Hasta hoy la protección de datos se concibió como el escollo. Tratar datos y hacerlo masivamente era motivo de sospecha. De hecho, sigue siendo así en el imaginario colectivo. Y, sin embargo, nuestro compromiso con la protección de datos, constituye una ventaja competitiva y una garantía material y reputacional.

En el Día Internacional de Datos tenemos el deber de contar a la sociedad valenciana que sabemos y podemos garantizar su derecho a la vida privada. Que nuestra transformación digital se orientará desde el respeto de nuestra tradición humanista. Tenemos las garantías jurídicas, contamos con personas capaces y comprometidas, sabemos cómo hacerlo sin romper cosas sin lesionar derechos. Es el momento del optimismo y la decisión. Nunca estuvimos tan bien dotados para realizar una apuesta radical con seguridad y optimismo. Necesitamos una estrategia nacional y autonómica de inteligencia artificial. ¿Esperaremos?