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Vicent Ventura: recuerdos de JJ Pérez Benlloch

  • Escola Europea Pensament Lluís Vives
  • 1 julio de 2024
Vicent Ventura: recuerdos de JJ Pérez Benlloch
Vicent Ventura: recuerdos de JJ Pérez Benlloch

Cuando Juan José Pérez Benlloch (JJ) terminó los estudios de Derecho en Salamanca y Periodismo en Madrid, regresó a Valencia para tratar de ejercer la profesión por la que se había decantado: el periodismo. En plena dictadura franquista, apenas había opciones... salvo que Vicent Ventura se cruzara en tu camino y uno mostrara inquietud, empuje y talento.

“Cuando llegué a Valencia, era un maldito periodista. Habían muerto mis padres y yo iba haciendo trabajitos de aquí y de allá. Publicaba en Tele/eXprés de Barcelona y era el corresponsal de Valencia en el diario Informaciones”. Suficiente para no morir de inanición en aquellos tiempos.

Introducido ya en los círculos antifranquistas, JJ empezó a frecuentar la librería Dávila, en el centro de la ciudad, un punto de encuentro de opositores al régimen. Allí, como no, acudía Ventura, que ya era el gran referente demócrata y europeísta del País Valenciano.

“En Dávila, nos reuníamos la gente de izquierdas. Ventura iba cada día; Joan Fuster acudía desde Sueca uno o dos días por semana. Si querías un libro, Dávila te lo gestionaba y lo conseguía. La policía estaba bastante al tanto de todo lo que allí sucedía”.

Ventura y JJ congeniaron, hasta el punto de que Pérez Benlloch, recién cumplidos los 88 años, afirma con cierta sorna que llegó a ser el “protegido” del primero. “Me colocaba donde podía”. Doce años más joven que Ventura, ambos llegaron a entablar una relación tanto profesional como familiar. “Ventura y yo teníamos un temperamento similar. Era un tipo muy inquieto, capaz de hacer y atender varios asuntos al mismo tiempo sin perder la calma ni las maneras. Escribía rapidísimo y a raudales, sin espacio entre una línea y otra, por lo que los textos estaban totalmente comprimidos. Si dejas dos espacios, todavía puedes hacer alguna corrección a lápiz, pero en el caso de Ventura era imposible. Era tan caótico en la presentación de los artículos como firme con el compromiso de entrega”.

Ventura, apunta JJ, era “el gran periodista de Valencia”. “Escribía en periódicos de Madrid, Barcelona... Era el referente del periodismo progresista de la dictadura en Valencia”. Cuando JJ conoció a Ventura, éste había regresado de su exilio en Francia y Canarias, y finalmente, de su destierro a 100 kilómetros de Valencia tras participar en unos actos de la socialdemocracia, el llamado contubernio de Múnich (1962).

“Ventura fue el hombre de confianza en Valencia de Dionisio Ridruejo, que era el líder de la socialdemocracia española”, explica el promotor de medios como Diario de Valencia y Noticias al Día.

Tanto Ventura como Ridruejo habían tenido un pasado falangista, pero ambos experimentaron una transición ideológica. La relación con Ridruejo reforzó la vena política de Ventura sin perder un ápice de su frenética actividad periodística.

El caso es que, obstinado en ejercer la profesión de periodista, JJ acaba de la mano de Ventura en Valencia Fruits, que entonces dirigía Martí Domínguez, quien había estado al frente de Las Provincias. “Domínguez publicó en Las Provincias un escrito que no gustó al régimen y lo apartaron para luego recuperarlo”, explica JJ. Valencia Fruits era un medio de economía agraria. Entre artículo y artículo y tertulias en Dávila, la relación entre ambos se fue consolidando. En 1973, impulsaron los Grupos de Acción y Reflexión Socialista (GARS), que fue el germen del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV). “Cuando preguntaban, decíamos que éramos, leíamos y reflexionábamos sobre obras de izquierdas, que no éramos un partido. Realmente, era una pantalla”.

 

El lanzamiento de Publipress

Antes, Ventura había creado, junto con el artista Andreu Alfaro, la agencia de publicidad Publipress, que hizo campañas publicitarias para numerosas empresas y entidades. El perfil político de sus promotores no fue obstáculo para que la agencia arrancara. “Publipress tuvo a los mejores en cada puesto, por eso los empresarios confiaban en nosotros. Nunca intercambiábamos impresiones políticas con los clientes, porque en la mayoría de los casos eran gente de derechas, pero Ventura era muy hábil y un excelente relaciones públicas. Como llevábamos la actividad política y periodística desde las oficinas de Publipress, nos dimos cuenta de que estábamos contaminando la agencia, que es la que nos daba de comer. Ventura tuvo la idea de alquilar un piso en la calle de Sorní (Valencia) y trasladar allí las reuniones políticas. Nos inventamos el nombre de Intergrup. Por la mañana hacíamos publicidad, y por la tarde política. Todo esto se pudo hacer bajo el amparo de Ventura, que era incombustible. Podía estar escribiendo un artículo en la agencia y mientras tanto atender a todo el que entraba a hacerle una consulta. Ofrecía la solución y volvía al artículo, así continuamente”.

Pérez Benlloch recuerda con broma la transición de los GARS al PSPV: “Hay un momento en que le digo a Ventura: ‘Escucha, ¿qué demonios es eso de los GARS? Nadie se aclara con el nombre’. Y Ventura dijo: ‘Es verdad’. Fue entonces cuando fundamos el PSPV, junto con Mario García Bonafé”. “Hubo un partido socialista valenciano antes, en los años 50, donde estaban Josep Vicent Marqués y también yo mismo. La realidad es que hubo varias iniciativas, pero desaparecían enseguida”.

Ventura tuvo buenas relaciones con un amplio abanico de profesionales. Políticos, empresarios, sindicalistas... “Como buen periodista, era un excelente relaciones públicas. Y además era un bon vivant. Le gustaba mucho la gastronomía y su físico corpulento imponía y ayudaba. Era un tipo muy simpático. Excepto con la derecha reaccionaria, tuvo relación con casi todo el mundo. Era una figura icónica. Lo conocían en todos los pueblos. Como no daba abasto para llegar a todos los compromisos que tenía, a veces me enviaba a mí. ‘Chaval, tienes que irte a Barcelona a hablar con este o aquel’. El referente demócrata y europeísta valenciano era Ventura, que además tenía muy buenas relaciones con extranjeros. Ser europeísta en aquella época significaba estar en contra de la dictadura, pero de una manera disimulada, por decirlo de alguna forma”.

JJ puso en marcha en los años 80 el Diario de Valencia, un proyecto que contaba con el apoyo de Ventura, quien también lo había promovido. En el nacimiento del diario fue crucial el apoyo económico de Joaquín Maldonado y Almenar, cuyo capital permitió que el medio arrancara. “Maldonado era un hombre de derechas, pero demócrata y moderado. Muy educado. Para que te hagas una idea, fue quien pagó mi fianza de 25.000 euros cuando me metieron en la cárcel en 1975”. JJ formó parte de los ‘10 de Alaquàs’, detenidos cuando la policía irrumpió en una reunión de la Comisión Pro Estatuto impulsada por Ventura.

En las gestiones y reuniones para el lanzamiento de Diario de Valencia, Ventura adoptó un papel secundario. “No quería tener protagonismo para no comprometer la viabilidad del proyecto. Los socios ponían 10.000 pesetas por acción, que eran mucho dinero, y podían echarse atrás si sospechaban de la ideología del diario. Aun así, Ventura estaba muy ilusionado. Quería escribir una columna diaria. Y tuve que pasar el mal trago de decirle que sólo escribiría una vez por semana. Al final lo entendió”.

JJ, a sus 88 años recién cumplidos este mes de junio, recurre a las pausas entre recuerdo y recuerdo. En el recibidor descansa una foto suya con Ventura y Joan Fuster. Es evidente que guarda más de lo que expresa. Alérgico a la tecnología, desempolva de la librería una obra sobre personalidades del País Valenciano. “Mira, aquí tienes un buen resumen de la trayectoria de Ventura. La próxima vez te contaré algo más que nadie, excepto algún otro y yo, sabe sobre Ventura”.

 

De acuerdo, maestro.