Parte de nuestro personal del grupo ha visitado de nuevo el paraje de la Albufera de València para recoger muestras de agua e intentar detectar y aislar diferentes especies del género Vibrio.
En una importante iniciativa científica, nuestro grupo llevó a cabo un exhaustivo muestreo de agua en la Albufera de Valencia el día 19 de abril de 2023. El objetivo principal de esta investigación fue detectar la presencia de tres bacterias de interés, Vibrio vulnificus (V. vulnificus), Vibrio harveyi (V. harveyi) y Vibrio metoecus (V. metoecus), en este ecosistema acuático.
La Albufera de Valencia, considerada uno de los humedales más importantes de Europa, alberga una gran diversidad de flora y fauna, siendo un hábitat propicio para el desarrollo de diversos microorganismos. Entre ellos, algunas especies del género Vibrio, que se encuentran en expansión debido al cambio climático, han despertado el interés de los científicos debido a su potencial impacto en la salud humana y en la acuicultura.
V. vulnificus es una bacteria patógena de peces y zoonótica (transmisible de animales a humanos) que puede causar infecciones graves en personas inmunodeprimidas, así como infecciones menos graves en individuos sanos que entran en contacto directo con aguas contaminadas. Por otro lado, V. harveyi es una bacteria patógena marina de invertebrados (langostinos, bivalvos) y peces (lubina, dorada, lenguado…) que ha sido reconocida como una de las mayores causas de vibriosis a nivel mundial. Por último, V. metoecus es un patógeno acuático oportunista que suele coexistir con Vibrio cholerae (V. cholerae) y que ha sido descubierto recientemente (año 2014), por lo que aún se desconoce mucho sobre él.
El muestreo se llevó a cabo recogiendo agua de diversos puntos de la Albufera (embarcadero de la Albufera, Gola de Pujol, Perellonet…). Asimismo, también se anotaron las condiciones de temperatura y salinidad de cada punto muestreado. Una vez en el laboratorio, las muestras se sometieron a un enriquecimiento con Agua de Peptona Alcalina (APA) suplementada al 1,5% de cloruro sódico (NaCl) para el aislamiento de V. vulnificus y V. metoecus; y al 3% de NaCl para el aislamiento de V. harveyi, ya que se trata de una bacteria halófila. Tras un período de incubación a 28 ºC de 6 horas, las muestras enriquecidas se sembraron en placas de VVM (medio selectivo de V. vulnificus), TCBS (medio selectivo y diferencial de diferentes Vibrios, como V. harveyi, V. cholerae o Vibrio mimicus) y VMM (medio selectivo de V. metoecus).
Tras 18-24 horas de incubación de las placas, se observaron las colonias crecidas en los diferentes medios. Las colonias de V. vulnificus se ven de color verde en el medio TCBS y de color amarillo en el medio VVM (Figuras 1 y 2), mientras que tanto las de V. harveyi como las de V. cholerae son de color amarillo en el medio TCBS (de ahí el aumento de salinidad del medio para intentar fomentar el crecimiento de V. harveyi sobre V. cholerae).
Las colonias aisladas se verificaron por métodos fenotípicos (tira API 20E, Biomerieux, Figura 3) y genéticos (PCR con oligonucleótidos específicos para la detección de diferentes especies de Vibrios, Figura 4) para comprobar su correcta identificación.
¿Y qué conseguimos sacar de aquí? Pues se consiguió aislar tanto V. vulnificus como V. mimicus y se detectó la presencia de V. metoecus mediante PCR, aunque este último no se consiguió aislar por encontrarse en estado viable pero no cultivable (VBNC por sus siglas en inglés). ¿Parte negativa? La salinidad era tan baja (alrededor del 0,2 %) que no se consiguió aislar ni detectar V. harveyi.
No obstante, el hecho de que en un mes como abril se detecte la presencia de V. vulnificus en la Albufera de Valencia, un patógeno típico de climas cálidos, alerta sobre la emergencia del cambio climático. Estos patógenos han sido subestimados durante muchísimo tiempo y el detrimento de las condiciones climáticas por la acción humana tan solo agravará esta situación, poniendo en peligro no solo los ecosistemas acuáticos y las piscifactorías, sino también nuestra propia salud.