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Árboles y Biodiversidad: no son sinónimos

  • 24 agosto de 2020
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Cipreses quemados Empordà/Autor: Juli G. Pausas

• Plantar 3.000 millones de árboles no ayuda a la protección de la Biodiversidad.

• Juli G. Pausas, investigador del CIDE, ha colaborado en la elaboración de una carta publicada recientemente en la revista Science, en la que se revisa alguna de las acciones a implementar en la nueva Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030.

Las plantaciones masivas per se no deberían formar parte de la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030, según argumentan los investigadores Susana Gómez González y Raúl Ochoa Hueso de la Universidad de Cádiz y el investigador Juli G. Pausas del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA), en una carta publicada recientemente en la prestigiosa revista Science.

La Biodiversidad es esencial para la vida y constituye, en si misma, un recurso natural de valor incalculable que es necesario proteger si queremos mantener el planeta habitable. Sin embargo, y como consecuencia de las actividades humanas, muchísimas especies se encuentran en peligro de extinción. Es en este contexto, y ante los grandes retos a los que nos enfrentamos, que surge la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030.

«Lograr que la naturaleza recupere la salud es fundamental para nuestro bienestar físico y mental y nos ayudará a luchar contra el cambio climático y los brotes de enfermedades. Es un elemento esencial de nuestra estrategia de crecimiento, el Pacto Verde Europeo, y forma parte de la recuperación europea que devuelve al planeta más de lo que le quita.». Estas palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen recogen el espíritu de la misma.

Son varios los pilares en los que se sustenta esta Estrategia: el establecimiento de zonas protegidas de al menos el 30% del suelo y del 30% de los mares de Europa; la restauración en toda Europa de los ecosistemas marinos y terrestres degradados; así como el desbloqueo de 20.000 millones de euros anuales para la biodiversidad. A fin de lograr estos objetivos se han previsto diversas acciones. Entre ellas, plantar 3.000 millones de árboles para 2030.

Las plantaciones masivas, sin embargo, han sido y son fuertemente criticadas desde la comunidad científica por su impacto negativo tanto desde el punto de vista ecológico como económico y por su limitado papel en la mitigación del cambio climático. La diversidad de los ecosistemas no se mide sólo por el número de árboles que los componen. La estructura y composición de las plantaciones, la elección de las especies, la densidad de plantación, los lugares seleccionados, etc., son cuestiones clave. Los ecosistemas naturales, seminaturales, así como los agrícolas, poseen características únicas pero a la vez íntimamente relacionadas que requieren de soluciones integrales.

Plantar 3.000 millones de árboles podría suponer no sólo una amenaza para aquellos ecosistemas europeos en los que de manera natural no hay árboles, sino que también, y dado el calentamiento global, podría inducir un incremento en los incendios forestales, ya que estos se ve fuertemente influenciados por la cantidad y continuidad de la biomasa, esto es del material combustible.

Así pues, en las medidas para preservar la Biodiversidad debería primarse la búsqueda de soluciones más seguras y eficaces. Aquellas que avancen hacia la integración de los distintos espacios intercalando sistemas productivos basados en la naturaleza con áreas naturales protegidas, y todo ello con el fin de maximizar la biodiversidad, la resiliencia y la provisión de los bienes y servicios que la naturaleza nos ofrece.

 

Afforestation falls short as a biodiversity strategy. Susana Gómez-González, Raúl Ochoa-Hueso and Juli G. Pausas. Science 368 (6498), 1439. DOI: 10.1126/science.abd3064

Veure també: https://jgpausas.blogs.uv.es/2019/10/17/afforestation-is-not-a-solution-to-mitigate-co2-emissions/

 

CIDE Comunicación