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Utilizar el método Cocoon de reforestación ha proporcionado resultados muy favorables en Valencia y Alicante

  • 24 febrero de 2020
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• • En total se han plantado unos 30.000 árboles y arbustos entre 2016 y 2019 en zonas como Valencia, Alicante, Cataluña, Almería, Canarias, Italia, Grecia y Portugal, como parte de un proyecto Life.

• Se ha reforestado un espacio quemado en 2012 cerca de Tous (Valencia) y una zona abandonada en Xixona (Alicante), donde ha sobrevivido un 85% más de árboles de lo habitual en una acción conjunta con el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE-CSIC, UV, GVA).

• El nuevo sistema aumenta el éxito de las plantaciones, la supervivencia y el desarrollo de los árboles y mejora la rentabilidad económica.

Un equipo internacional de expertos, entre los que se encuentran investigadores del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), demuestran que utilizar el sistema Cocoon –depósitos biodegradables para recuperar zonas degradadas– aumenta el éxito de las reforestaciones. Estos depósitos de cartón se entierran en el suelo llenos de agua e hidratan y protegen el árbol durante el primer año de vida, el más sensible, y luego se descomponen en el suelo. El trabajo forma parte del proyecto europeo Life The Green Link,

del que recientemente se han presentado los resultados finales. El sistema de depósitos biodegradables está desarrollado por la empresa holandesa Land Life Company. Entre 2016 y 2019 se han plantado unos 30.000 árboles y arbustos utilizando esta tecnología innovadora en Valencia, Alicante, Cataluña, Almería, las Islas Canarias, Italia, Grecia y Portugal. Plantar con Cocoon ha sido más efectivo que hacerlo mediante el sistema habitual, sobre todo en zonas áridas y semiáridas. Las plantaciones se han hecho en zonas en fase de recuperación: áreas quemadas, terrenos marginales o abandonados, o de anteriores actividades mineras, entre otros.

Los resultados son esperanzadores y los expertos reconocen que el Cocoon puede contribuir a reforestar zonas degradadas en el contexto actual de emergencia climática. "Adaptarse al cambio climático significa esto: desarrollar y probar nuevas tecnologías que nos ayuden a restaurar espacios degradados, teniendo en cuenta que los episodios extremos cada vez serán más intensos y frecuentes", comenta Vicenç Carabassa, investigador del CREAF y coordinador del proyecto.

El estudio económico de esta tecnología es muy optimista y demuestra que reforestar con el Cocoon puede ser hasta 4 veces más rentable que hacerlo de la forma habitual, si tenemos en cuenta el coste en relación a los resultados obtenidos. Además, es una vía que amplía la ventana de plantación: permite adelantarla a septiembre o incluso a agosto, y también retrasarla al final de la primavera o principios del verano. El análisis económico lo han realizado Land Life Company y VOLTERRA.

El proyecto ha implicado actores locales de cada zona en todas las reforestaciones: empresas privadas, administraciones, ganaderos, agricultores, propietarios forestales y ONG. Se han llevado a cabo 7 experiencias piloto donde se ha contrastado la reforestación con Cocoon respecto de una recuperación común, y se han repartido 7.500 donuts biodegradables para replicar la acción en situaciones y realidades diferentes, para poder recoger más datos e impresiones.

Resultados esperanzadores

En Valencia se ha reforestado un espacio quemado en 2012 cerca de Tous (Ribera Alta), que no se recuperaba de forma natural como bosque, sino que derivaba en un matorral. También se ha recuperado una zona abandonada en Alicante, en el municipio de Xixona (Alacantí), donde se han plantado principalmente especies agrícolas y forestales, tales como el madroño, que ha funcionado sorprendentemente bien, con algunos ejemplares que han tenido un desarrollo espectacular. “El éxito en este caso también es contundente, ya que los árboles plantados mediante Cocoon han sobrevivido un 85% más que los reforestados de forma habitual hasta ahora”, afirma Julián Campo, investigador del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE).

En Almería la prueba piloto se ha orientado sobre todo a impulsar la propia actividad agrícola tradicional con el cultivo de almendra ecológica, uno de los principales productores mundiales. Para ello, se han plantado 2.000 almendros de diferentes variedades en un espacio abandonado, yermo y sin agua disponible. Esta actuación se ha promovido en colaboración con la Asociación AlVelal y la Universidad de Almeria.

Un depósito todo terreno

Uno de los lugares más difíciles donde se ha plantado ha sido la zona de Tifaracás, en la isla de Gran Canaria. Esta región es de las más secas, con menos de 200 mm de lluvia media, con valores incluso inferiores los últimos años. En esta reserva de la biosfera las reforestaciones ejecutadas antes de probar el sistema Cocoon habían tenido unos costes enormes. Las plantaciones se debían regar utilizando sistemas complejos porque, si no, las tasas de mortalidad llegaban al 100%. "Es un ambiente extremadamente árido con pendientes muy fuertes, suelos muy pedregosos y pobres y con un problema enorme de ‘herbivorismo’ por parte de las cabras, que hacían de este lugar el más difícil de repoblar", explica Vicenç Carabassa. Con el Cocoon se ha llegado a una supervivencia de entre un 20 y un 80%, en función de la especie. La actuación se ha hecho con el apoyo del Cabildo de Gran Canaria y la empresa GESPLAN.

El Cocoon ha permitido reforestar zonas quemadas como El Bruc, en Cataluña, que sufrió un incendio en el año 2015. En este caso, se han plantado unos 4.000 árboles de especies forestales como la encina, la carrasca y el roble, pero también de agrícolas como son el olivo, el nogal, el cerezo y la higuera, entre otros. La intención es recuperar la zona quemada, pero no en forma de bosque de pino blanco, el que se había quemado, sino adoptando una forma de mosaico agroforestal, un paisaje mucho más resistente a los incendios y con mayor biodiversidad. Los resultados obtenidos gracias al Cocoon son muy favorables: el 60% de los árboles ha sobrevivido, el doble que con los métodos habituales. En este caso se ha probado también que el éxito está condicionado por la variedad que se planta. En esta actuación, la empresa VOLTERRA plantaron 2.000 árboles de 3 variedades de olivo: la arbequina, la vera y la cornicabra. Esta última es la que ha dado mejores resultados, ya que el 77% de los olivos de variedad cornicabra ha prosperado gracias al Cocoon.

El proyecto también ha promovido plantaciones en Italia (en Calabria), en Portugal y en Grecia (en Ptolemais), donde se ha reforestado una mina de carbón a cielo abierto en un trabajo conjunto con el centro de investigación griego The Centre for Research & Technology, Hellas (CERTH).

 

CIDE Comunicación