056‐MD‐2021
Julio de 1936. En medio de la confusión que reina tras la sublevación militar protagonizada por una parte del Ejército y el estallido revolucionario que el golpe desencadena en distintas zonas del país, un grupo de milicianos se dirige al Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la Península Ibérica, se aposta formando un pelotón de fusilamiento ante la estatua-efigie elevada en honor al Sagrado Corazón de Jesús y dispara sobre él como si de una ejecución se tratase. La imagen es recogida en una instantánea fotográfica y una breve secuencia cinematográfica que producen un enorme impacto en la prensa y los medios de comunicación nacionales e internacionales, alimentando la idea de que en España se está llevando a cabo una “persecución religiosa”.
Esta imagen no cesará de circular hasta la actualidad. Con todo, ni el contenido de la misma ni su factura han sido hasta hoy desentrañados ni estudiados. Esto plantea que las imágenes tienen una función decisiva en la constitución de la memoria histórica, que condensan relatos y que son mejor recordadas que hechos complejos y matizados. De ahí su plasticidad. Y es que este escenario encarnaba una de las escisiones de los españoles entre clericalismo y anticlericalismo. En 1919, Alfonso XIII consagraba España al culto del Sagrado Corazón de Jesús y este reconocimiento público colisiona con el acto
profanatorio y la posterior dinamitación del monumento. Inaugurado en 1965 u nuevo monumento, fue escenario de actos de reparación durante el franquismo.
- Sanchez Biosca, Vicente
- PDI-Catedratic/a d'Universitat
Rafael Rodríguez Tranche (Universitat Complutense de Madrid)
Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática