
El desarrollo de nano/micropartículas autopropulsadas (nano/micromotores) ha despertado un gran interés en las últimas décadas.
En este campo desde la UCIE del IDM se esta trabajando en la valorización de un nanomotor capaz de desintegran la matriz proteica de biofilms bacterianos y fúngicos, liberar de forma controlada y localizada fármacos, provocando la muerte de los microorganismos. Una vez valorizado este nanomotor podría ser utilizado en el campo de la odontología para el tratamiento de infecciones endodónticas y en el campo de la microbiología clínica para eliminación de biofilms bacterianos en diferentes tipos de superficies.
Uno de los objetivos más ambiciosos de la nanotecnología es el desarrollar sistemas que imiten las funciones inherentes de entidades vivas, como ser el movimiento autónomo, la comunicación y la capacidad para reconocer las señales de su entorno. En este sentido el desarrollo de nano/micropartículas autopropulsadas (nano/micromotores) ha despertado un gran interés en las últimas décadas, demostrando su capacidad para realizar múltiples tareas “inteligentes” como responder a estímulos ambientales y autopropulsarse. Los nano/micromotores pueden ser utilizados en diferentes campos de aplicación como el biomédico para la liberación controlada de fármacos y el medioambiental para la limpieza de residuos.
En el campo de la biomedicina el uso de nanodispositivos capaces de liberar de forma controlada agentes terapéuticos en partes específicas del cuerpo es uno de los mayores desafíos. Una de las ventajas de los nanomotores en comparación con otros sistemas de liberación controlada pasivos, es su capacidad de autopropulsión y penetración de tejidos lo que se traduce en una mejora en la eficacia de la administración de fármacos a los tejidos y células diana, reduciendo los efectos secundarios.
Los nanomotores pueden presentar diferentes tipos de geometrías entre los más comunes se encuentran los nanotubos, nanohilos, y nanopartículas tipo Janus. En cuanto a su movimiento este puede ser accionado mediante fuentes externas como campos magnéticos, acústicos o eléctricos, siendo los prototipos autopropulsados químicamente los más utilizados. La autopropulsión activada químicamente puede ser producida mediante reacciones enzimáticas o la actividad catalítica intrínseca de metales. Entre los metales con actividad catalítica intrínseca utilizados en la composición de los nanomotores destacan el platino (Pt; que descompone el peróxido de hidrógeno en agua agua y oxígeno gaseoso) y el zinc (Zn; mediante la autooxidación del Zn para generar burbujas de hidrógeno).
En este campo desde la UCIE del IDM se esta trabajando en la valorización de un nanomotor capaz de desintegran la matriz proteica de biofilms bacterianos y fúngicos, liberar de forma controlada y localizada fármacos, provocando la muerte de los microorganismos. Una vez valorizado este nanomotor podría ser utilizado en el campo de la odontología para el tratamiento de infecciones endodónticas y en el campo de la microbiología clínica para eliminación de biofilms bacterianos en diferentes tipos de superficies.