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1. Determina los conocimientos, competencias o capacidades que quieres evaluar y cómo reflejar los resultados mediante la evaluación a distancia. Es más importante la finalidad que la herramienta para obtener esta información. No modifiques los instrumentos y las pruebas si no es necesario. 

2. Asegúrate de que todos los cambios y adaptaciones aparecen reflejados en las modificaciones realizadas en la Guía Docente de la asignatura. Este documento sigue siendo la referencia oficial y debemos ajustarnos a lo que allí se recoge y a lo que se ha introducido en la adenda solicitada desde Rectorado.

3. Consulta con la coordinación de tu asignatura los cambios en los procedimientos de evaluación y/o criterios de calificación que puedan producirse al implementar la evaluación a distancia. Compartir procedimientos y buenas prácticas con los/as compañeros/as de los otros grupos permitirá homogeneizar los procesos de evaluación.

4. Utiliza la evaluación continua y formativa frente a la final siempre que sea posible. De este modo, se facilitan los procedimientos de evaluación y se atiende mejor a los procesos de aprendizaje.

5. Recuerda que por cuestiones legales, de protección de datos y de seguridad, únicamente se deben emplear las herramientas institucionales y/o autorizadas por la Universitat de València. El empleo de otras aplicaciones no oficiales (G Suite, Zoom, WeTransfer, etc.) puede invalidar los procesos de evaluación y generar ausencia de garantías para el/la estudiante y el/la docente. 

6. No olvides que es imprescindible mantener las garantías del alumnado en los procesos de evaluación. Del mismo modo que en la evaluación presencial, hay que recoger y conservar pruebas y evidencias que garanticen la objetividad e imparcialidad de los procedimientos: trabajos en diferentes formatos subidos al Aula Virtual, cuestionarios en línea con herramientas oficiales, grabación de tareas y presentaciones orales, etc. 

7. Sé razonable en tus planteamientos y modera las expectativas para evitar que tus decisiones vayan en perjuicio del alumnado. Recuerda que la evaluación a distancia es un contexto nuevo tanto para los/las estudiantes como para el profesorado y genera una carga de estrés adicional que debes tener en cuenta.

8. Planifica y propón las distintas actividades de evaluación con la suficiente antelación de tiempo para que tus estudiantes puedan asimilarlas y realizarlas. Es determinante especificar claramente los plazos de entrega y la duración de cualquier actividad de evaluación a distancia y no sobrecargar al alumnado durante el periodo de exámenes. 

9. Mantén a tus estudiantes informados sobre cualquier modificación que hayas realizado en los procedimientos de evaluación y/o criterios de calificación. Es importante que lo hagas con la máxima antelación posible y que les ofrezcas una información rigurosa y detallada sobre lo que deben hacer para preparar las pruebas y actividades.

10. Valora la conveniencia de tener “un plan B”. La tecnología no es infalible, especialmente en momentos de gran demanda, por lo que una propuesta excesivamente ambiciosa o demasiado apoyada en los recursos tecnológicos podría fallar. En la medida de lo posible, planifica actividades de evaluación asíncronas mejor que síncronas y emplea herramientas conocidas y con las que estés familiarizado frente a otras más novedosas pero de resultado incierto. 

Recuerda: todas las herramientas y procedimientos de evaluación tienen fortalezas y posibilidades, pero también limitaciones de las que debemos ser conscientes. 

Decálogo elaborado por el grupo de docentes de la Facultat de Magisteri: Juan Carlos Colomer, Anna Esteve, José Diaz, Héctor Hernández, Jorge Lizandra y Alicia Martí.

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