En noviembre de 2015 había en Europa 4,5 millones de jóvenes sin empleo. Una tasa que asciende al 20% de desempleo juvenil entre los países miembros. Aunque ha descendido respecto a los últimos años, este todavía continúa siendo un problema en el cual la educación juega un papel fundamental.
25 de febrero de 2016
El instituto McKinsey analiza en un estudio realizado en los 8 países con mayor desempleo juvenil de Europa, entre los cuales se encuentra España, los motivos de este problema y las políticas económicas que se pueden aplicar para tratar de solucionar este problema. Las causas de este fenómeno se encuentran en la falta de trabajo, de habilidades y conocimientos o de coordinación para articular todos los elementos.
La gente mayor trabaja más años que antes. Actualmente hay un 11% más de trabajadores con edades comprendidas entre 55 y 59 años que en 2005. Una tendencia que supone “mayor competencia para los jóvenes que sufren la desventaja de la falta de experiencia”.
Aun así, la falta de conocimientos y habilidades en los trabajos también es una cuestión preocupante. Un 27% de los contratantes quedaron insatisfechos con la gente que respondió a sus ofertas por no adaptarse a las cualidades que se requerían. El estudio indica que hasta un 74% de los educadores aseguraron que sus estudiantes graduados estaban preparados para empezar a trabajar, un dato que contradice las posturas de los jóvenes estudiantes y las empresas que deben contratarlos. Un 38% y un 35%, respectivamente, piensan que no están capacitados para incorporarse activamente al mercado laboral. Un hecho que se produce por la falta de interacción y coordinación entre las tres partes del problema.
DE LA EDUCACIÓN AL EMPLEO
El camino hacia un puesto de trabajo que requiere estudios superiores empieza con la entrada en el mundo educativo postobligatorio (education-to-employment). Este paso supone un obstáculo para muchos ciudadanos que no pueden permitirse costearse la matriculación en la Universidad o el desplazamiento, el alojamiento y otros costes derivados de cursor estudios universitarios. Además, una vez superada esta primera barrera, según el instituto McKinsey los estudiantes no desarrollan habilidades generales como comunicación oral o principios éticos durante los años de Universidad. Un hecho que se suma al principal temor y problema de los recién graduados: la transición de los estudios al trabajo. Un tercio de los recién titulados encuentra trabajo provisional, mientras que la mayoría no consigue ningún empleo.
Asimismo, esta gran parte de jóvenes recién titulados pierde la esperanza de incorporarse al mundo laboral satisfactoriamente. Un 27% no cree que vaya a conseguirlo, mientras que un 10% tienen la esperanza muy alta y un 17% confiesan ser persistentes.
SOLUCIONES
Un artículo publicado por la editorial Springer, conocida por la divulgación de textos académicos, indica varios programas que han llevado a cabo bajo un análisis exhaustivo para solucionar el problema y reducir la tasa de desempleo juvenil. Entre las iniciativas que proponen se encuentra la formación para el empleo, el lanzamiento de programas de trabajo en el sector público por parte de las administraciones, el establecimiento de subsidios salariales para jóvenes que cumplan ciertos requisitos y sobre todo mejorar la estructura de asistencia y asesoramiento para la búsqueda de empleo. Los resultados de esta última iniciativa indican que una asistencia adecuada puede que no ayude a encontrar trabajo más rápido, pero en cambio sí que favorece a la calidad y la estabilidad del empleo que puede facilitarte a largo plazo.
