9 de diciembre de 2016
Odiel Galán es licenciado en Historia por la Universitat de València en el año 2009. Formó parte de la primera promoción del Máster de Profesor de Secundaria y ahora cuenta su experiencia.
Me licencié en Historia en junio del año 2009 y cursé el Máster de formación del profesorado de secundaria desde septiembre del mismo año hasta julio de 2010. La elección fue el resultado del azar y la indecisión y lo comencé con resistencias mentales, es decir, no estaba muy decidido o convencido con lo que había escogido. En ningún caso era una profesión que me hubiera planteado, pero teniendo en cuenta las salidas al mundo laboral de la carrera era una opción dejar la puerta abierta a la docencia en un futuro inmediato o a corto plazo. A mí la Historia me gustaba como una manera de posicionarme frente al mundo, como una herramienta de crecimiento personal, pero en ningún caso contemplaba el hecho de enseñar esa asignatura que en el instituto no me había entusiasmado en exceso (a excepción de algunos cursos o profesores).
El Máster empezaba a ser casi un requisito para darle una utilidad laboral al periodo de estudios universitarios de la Licenciatura, parecía que sin un Máster no podías hacer nada con ella. El hecho de hacerlo en la UV fue en cierta manera por comodidad, por mantener la misma dinámica un año más. Pero en mi caso tuve la enorme suerte de tener un grupo de profesores bien coordinado y con unos objetivos que se habían marcado de forma conjunta. Destacaría a Xosé Manuel Souto, Paula Jardón, Pep Císcar y Mila Belinchón. Los métodos de innovación se centraron en el aspecto pedagógico y sólo por indicar alguna cosa que mejorar podrían ser las nuevas tecnologías y la imposibilidad de llevar a cabo una aplicación real práctica de todo lo teorizado en el Máster.
En cualquier caso, mi paso por el Máster fue maravilloso y ahora estoy trabajando en lo que me he formado y me ha abierto las puertas al mundo laboral. La verdad es que hay que incidir en la importancia del grupo de profesores que tuve la suerte de tener porque de no haberlos conocido y disfrutado no sé si hubiera cambiado la imagen en cierta manera peyorativa de la profesión. Creo que el profesorado concreto en mi caso ha sido el elemento diferencial.
