Bajo el mandato de Jaime Honorato Pomar, la cátedra de “hierbas y otros medicamentos simples” se desarrolló en torno a la educación botánica de los estudiantes, promoviendo la elaboración de grandes herbarios y el conocimiento casi absoluto de la flora circundante a la ciudad de Valencia.
La Universidad de Valencia se inauguró en 1502 como universidad municipal, gestionada y financiada por la oligarquía burguesa de la ciudad. Dentro de esta primera universidad se organizaron dos cátedras de medicina: una dedicada a la cirugía y otra que enseñaba anatomía en otoño e invierno y botánica médica en primavera y verano. Estas dos disciplinas se dividieron en 1560, llegando a existir una cátedra de “hierbas y otros medicamentos simples”.
En este punto de la historia, se debe comentar la figura de Jaime Honorato Pomar, quien nació en Valencia en 1550 y ocupó la cátedra de “hierbas y otros medicamentos simples” en 1584. Bajo su mandato, la cátedra se desarrolló en torno a la educación botánica de los estudiantes, promoviendo la elaboración de grandes herbarios y el conocimiento casi absoluto de la flora circundante a la ciudad de Valencia.
Tal fue la fama que alcanzó la cátedra, que se ha documentado que la ciudad de Valencia fue una de los principales lugares de origen de las plantas que importó Felipe II para elaborar los famosos jardines de Aranjuez. En este contexto, el rey estrechó su relación con Pomar y reconoció su esfuerzo y conocimiento con una plaza conmemorativa en el Palacio Real y con el regalo del Atlas de Historia Natural que terminaría llamarse Códice Pomar. Este contiene un total de 218 grabados de zoología y botánica que destacan tanto por su atractivo artístico como por la información científica que contienen.
Los ejemplares contemplados en este libro se reparten de manera desigual entre el Viejo y el Nuevo Mundo, habiendo más ejemplares propios del primero de los dos. En ese grupo encontramos desde una focha común o una cigüeñuela común, ambas aves típicas de la Albufera, hasta animales exóticos como la jineta de Senegal, algunos grandes lagartos de las arenas o el rinoceronte.
Entre los especímenes exóticos solo encontramos siete ejemplares entre los que destacan un célebre “ave del paraíso” o un ejemplar de mono capuchino (también llamado “cay” en el libro), que es una de las especies de mono más tempranamente difundida en cautividad por Europa.
Lo mismo ocurre en el plano botánico, ya que la mayoría de las especies registradas son de origen europeo y de carácter medicinal o “de adorno”. En el ámbito de las especies exóticas, están registradas veinticinco especies como son el espino americano, el bananero o la tomatera.
