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Paloma Vidal y el paisaje, clima y gestión de recursos leñosos durante el Paleolítico medio

  • Unidad de Cultura Científica y de la Innovación
  • 21 marzo de 2019
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Paloma Vidal ha recibido el reconocimiento de Premio Extraordinario de Doctorado 2017-2018 por su tesis “Alrededor del fuego: paisaje, clima y gestión de los recursos leñosos en grupos cazadores-recolectores durante el Paleolítico medio (Alicante, España)”. Dirigida por las investigadoras Ernestina Badal García, del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universitat de Valencia, y por Isabelle Théry-Parisot, de la Université Côte d’Azur, la tesis analiza el paisaje vegetal que se desarrolló en el sureste peninsular durante el Paleolítico medio, la época en la que vivían los neandertales.

Paloma Vidal comenzó su investigación en 2013. Tras finalizar el Máster en Arqueología de la Universitat de València obtuvo un contrato predoctoral concedido por la Generalitat Valenciana que le permitió desarrollar su proyecto durante tres años. En 2016 consiguió una de las “Ayudas a la investigación” del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert y, tras defender su tesis, fue contratada en la Universitat de València como Técnica superior de Investigación.

Un año después llegó su primer contrato posdoctoral, el cual le ha permitido establecerse, hasta hoy, el Centre National de la Recherche Scientifique, la institución de investigación más prestigiosa de Francia.


¿Has encontrado alguna dificultad en el desarrollo de tu tesis?
La verdad es que no. Tuve la suerte de contar con un contrato predoctoral, lo que me permitió desarrollar mi investigación sin problemas. El Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universitat de València me ofreció todas las facilidades para poder acceder a la infraestructura necesaria y mis directoras de tesis pusieron todos los mecanismos para poder adquirir una buena formación.

¿Y con cuestiones vinculadas al trabajo de campo?
Tampoco he tenido. Mi trabajo de campo para la tesis se desplegó en Alcoi, en dos yacimientos arqueológicos excavados desde hace muchos años por un equipo de la Universidad de La Laguna (Tenerife). He tenido en todo momento el apoyo del equipo y he podido llevar a cabo el muestreo y trabajo de campo necesario para obtener resultados.
¿Qué caminos deja abiertos tu tesis para futuros trabajos?
¡Todos! Una tesis, en realidad, no es más que una pequeña ventana que se abre y que da pie a nuevos caminos, nuevas tecnologías, nuevas interpretaciones y, sobretodo, nuevas preguntas. En concreto, mi tesis es una contribución más para comprender mejor el paisaje vegetal en el sureste peninsular durante el Paleolítico medio, en la época en la que vivían los neandertales.

¿Qué crees que aporta tu investigación al conjunto de la comunidad científica y a la sociedad? ¿Y a ti?
Hay pocas tesis doctorales dedicadas al uso y la gestión de las plantas por parte de los grupos cazadores-recolectores. Por ello, creo que mi tesis puede ser un punto más en el mapa para poder “rescatar” este registro y comprender mejor cuestiones tan interesantes como los cambios climáticos que se produjeron en el Paleolítico, cómo se adaptaron los grupos neandertales al medio, qué conocimiento tenían sobre los recursos leñosos de su alrededor, qué habilidades técnicas tenían en relación con el uso y el mantenimiento del fuego, etc. Son cuestiones que nos acercan más, como sociedad, a otros grupos humanos que vivieron en nuestro territorio hace 50.000 años y nos ayudan a comprender mejor la diversidad del comportamiento humano y su materialización en el registro arqueológico. Si me preguntas qué me ha aportado a mí mi investigación doctoral, te diría que me ha dado 3 años de aprendizajes constantes, desde cómo llevar y gestionar un trabajo de investigación inédito, hasta otras cuestiones como una mayor madurez profesional, capacidad organizativa, técnicas de expresión y comunicación en público, etc., elementos útiles para cualquier dedicación profesional que pueda tener con posterioridad.

¿Qué aplicabilidad práctica puede tener tu trabajo?
Creo que es difícil responder a esta pregunta desde las Ciencias Sociales o las Humanidades. Al menos, desde la óptica imperante en nuestra sociedad marcada por la productividad económica o social con cambios que sean prácticamente visibles de forma inmediata. La investigación arqueológica o histórica tiene, sin embargo, su aplicabilidad social, por supuesto. Nos permite situarnos, como sociedad humana, en el mundo.

Nos aporta las claves para comprendernos, desde el pasado hasta el presente, y entender los procesos históricos. En este sentido, entender también aquellos procesos que han dado lugar a dramas tan grandes como guerras y apartheids, y que los historiadores actúan como una especie de alarma para que las sociedades actuales no vuelvan a repetirlos. En el caso concreto de mi tesis, creo en el potencial de divulgación científica que se esconde detrás del conocimiento de los paisajes y las plantas utilizadas por los grupos humanos en el pasado. Estos conocimientos de etnobotánica, tan arraigados en las sociedades tradicionales que aún perviven, están prácticamente perdiéndose en la actualidad.

¿Por tu experiencia, consideras que doctorarse facilita la inserción laboral?
Sinceramente, no. No creo que sea la puerta para entrar con garantías en el mundo laboral. La investigación es una carrera profesional dura, llena de imprevistos y contratiempos. Desgraciadamente, no es un camino profesional de estabilidad laboral. Es, más bien, un camino profesional lleno de retos (personales y profesionales), motivaciones y ganas, muchas ganas.

¿Recomendarías iniciar los estudios de doctorado? ¿Qué consejos darías a una persona que quiera doctorarse?    
Sí, sin duda. Como decía antes no es un camino fácil, pero es altamente gratificante. La sensación de haber sabido llevar y gestionar un proyecto de investigación predoctoral, desde las primeras preguntas planteadas hasta su culminación en el acto de defensa, es muy gratificante. Mi mayor consejo sería no tener demasiadas expectativas en qué vendrá después. Parece fácil decirlo, pero las razones de hacer una tesis nunca deberían ser las expectativas laborales posteriores, porque puedes tener más o menos “suerte” y terminar en un camino de frustraciones. Por lo tanto, mi consejo: haz la tesis (sobre todo, si tienes financiación para hacerla con garantías) y disfruta del periodo predoctoral, aprende de la experiencia. Y, cuando acabes, ya decidirás si quieres ir un paso más allá.

¿Has participado activamente, en alguna ocasión, en actividades de divulgación y comunicación científica? ¿Qué importancia crees que tienen estas actividades?
Sí, en 2017 la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universitat de València se hizo eco de un artículo publicado en la revista Journal of Archaeological Science con resultados interesantes respecto al uso de leña muerta y podrida por parte de grupos neandertales y sus implicaciones paleoeconómicas. Creo que la divulgación social de los resultados científicos tiene mucha importancia, aunque es una parcela que no siempre tenemos presente cuando investigamos. Nuestras investigaciones son posibles, en la mayoría de los casos, gracias a la financiación pública. Para lo cual, es imprescindible que si queremos un mayor apoyo social y político de nuestro trabajo, sean capaces de transmitir las conclusiones e implicaciones que se pueden extraer de qué hacemos. Si la gente no comprende la ciencia, nunca será una prioridad darle apoyo. I esta es una asignatura pendiente en la investigación, aunque, cada vez más, el personal investigador está más concienciado.