El sector del automóvil tiene en su haber, entre otras cosas, generar más del 6% del PIB industrial nacional, explicar el 22% de la exportación y generar 240.000 empleos directos, pero tiene un debe terrible. Los accidentes de tráfico definen una pandemia con auténticas cifras de guerra. Diariamente 4.000 personas mueren en las carreteras del mundo cada año, cinco de ellos en España. Por cada una de esas víctimas mortales se calcula que hay cuatro heridos con lesiones que producen discapacidad permanente, tales como daños al cerebro o a la médula espinal, diez heridos graves y cuarenta leves, datos que crecen brutalmente en los países de ingresos medios y bajos, donde con menos de la mitad de los vehículos del mundo se produce el 90% de las víctimas mortales de los accidentes de tráfico. Una pandemia que, lejos de estar en camino de atajarla, se estima que va a seguir creciendo en los próximos años.

Para evitar que se sitúe como cuarta causa de mortalidad mundial, como pronostica la Organización Mundial de la Salud, es necesario desarrollar actuaciones preventivas, y contar con todos los agentes y sectores implicados en el fenómeno del tráfico, precisamente el objetivo genérico y el planteamiento de PRECOVIR.