Los movimientos oculares son necesarios para un procesamiento visual efectivo para permitir que la imagen sea lo más perfectamente captada mediante el mínimo esfuerzo, de forma que el sujeto la pueda integrar y descodificar óptima, y sostenidamente en el tiempo.
El buen desarrollo y funcionamiento del sistema musculoesquelético, responsable de los fenómenos de soporte, postura y movimiento, en conjunción con el sistema vestibular responsable del mecanismo de equilibrio permite situar al cuerpo y fundamentalmente a la cabeza en una posición adecuada con la zona del espacio visual que se quiere examinar.
Una vez ubicado en el espacio, el sistema oculomotor permite la orientación exacta de los ojos examinando la escena visual deseada a través de un preciso ajuste de los doce músculos extraoculares, seis por cada ojo, que desplazaran los globos oculares compensando y minimizando la disparidad de la imagen retiniana del objeto de interés visual. Teniendo en cuenta que el movimiento del ojo en la órbita, depende del conocimiento por parte del cerebro de dónde está el cuerpo y la relación de éste con respecto a la cabeza.
Las vías neurales de los movimientos oculares son muy complejas y se desconocen las interacciones exactas, aunque funcionalmente los movimientos oculares se dividen en tres áreas: el estímulo sensorial, la integración nerviosa y el rendimiento motor.
Las medidas clínicas de las habilidades de la visión binocular solo alcanzan el desarrollo adulto bien entrada la etapa escolar, durante la infancia final o en la temprana adolescencia, sin embargo esto no coincide con la investigación de laboratorio donde se observan movimientos oculares normales al año de edad, esta incongruencia parece deberse a complejos fenómenos de atención y cognoscitivos que afectan a los test o evaluaciones clínicas de los movimientos oculares hasta los 12 años de edad. Debido a este lento proceso de desarrollo en el control de los movimientos oculares, sutiles retrasos en su maduración pueden conllevar la falta de presentación o adquisición en los tiempos correctos, de las habilidades visuales oculomotrices adecuadas para la realización de las tareas de clase.