Los crímenes de masas, el genocidio y la violencia política son actos materiales que se produjeron en lugares precisos por seres humanos sobre seres humanos. A reconstruir su endiablada mecánica se dedican los historiadores, a curar las cicatrices los psicólogos, a procurar justicia los tribunales. Sin embargo, los escenarios de la abyección no desaparecen: cargados como están de sufrimiento se incorporan, activa o pasivamente, al patrimonio material y simbólico de un país y a menudo son también objeto de controversia, como ha demostrado recientemente el caso de España. A estos espacios de representación del pasado trágico en el presente los denominamos lugares de memoria y ni que decir tiene que son cambiantes.
El presente congreso aborda esta dualidad de los espacios de perpetración: desde su función en la tarea criminal hasta sus usos memorísticos y conmemorativos. Y lo hace desde una perspectiva comparada: abordando casos pertenecientes a tradiciones e historias muy distintas: desde los lugares de represión clandestina en el Cono Sur de América Latina hasta los restos de la guerra civil en España, desde las prisiones de los Jemeres Rojos en Camboya hasta los inmensos campos de esclavitud que formaron el Gulag, desde los campos de concentración de la Alemania hitleriana hasta los calabozos de las policías comunistas europeas. La interrogación sobre tales lugares pondrá en escena disciplinas distintas y competencias complementarias: la literatura, el teatro, el cine, los museos, entre otros. Siguiendo la estela del libro El infierno de los perpetradores (Bellaterra y Alfons el Magnànim, 2019), el grupo de investigación REPERCRI (www.repercri.com) organiza este congreso internacional coordinado por los profesores de la Universitat de València Anacleto Ferrer, Brigitte Jirku y Vicente Sánchez-Biosca que tendrá lugar entre el 12 y el 15 de noviembre de 2019 en el Centro Cultural de la Beneficencia.
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