
El proyecto tuvo como principal objetivo desarrollar y probar un innovador sistema de bioprotección para la agricultura, basado en la encapsulación de compuestos activos con propiedades toxicológicas y biocidas frente a organismos patógenos vegetales. Para ello, se planteó la síntesis de materiales silíceos mesoporosos funcionalizados con puertas biomoleculares, diseñadas para encapsular aceites esenciales (AEs). El propósito era reducir la volatilidad de los AEs e incrementar su actividad fungicida, liberando los compuestos solo en presencia de hongos patógenos.
BIOFUNGATE es un proyecto cofinanciado por la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) a través del programa de Proyectos Estratégicos en Cooperación de 2022. Proyecto susceptible de ser cofinanciado por la Unión Europea a través del Programa Operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2021-2027. Referencia: INNEST/2022/192
A lo largo del proyecto se desarrollaron tres tipos de materiales mesoporosos funcionalizados a escala de laboratorio, los cuales fueron validados exitosamente in vitro. Si bien el escalado industrial presentó algunas dificultades, los ensayos confirmaron que los aceites esenciales encapsulados muestran una mayor efectividad fungicida en comparación con los AEs en estado libre. Los resultados demuestran el potencial del sistema, aunque será necesario optimizar su producción industrial para su viabilidad comercial a gran escala.
Este sistema de bioprotección destaca por su capacidad de encapsular aceites esenciales y liberarlos de manera controlada en presencia de hongos, lo que maximiza su efectividad y reduce la volatilidad de los AEs. Frente a otras soluciones disponibles en el mercado, ofrece una alternativa sostenible y eficiente, utilizando compuestos naturales que minimizan el impacto ambiental y mejoran la estabilidad de los AEs.
El IDM de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) se encargó de la síntesis y caracterización de los materiales mesoporosos funcionalizados. Por su parte el Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM) de la UPV, estuvo a cargo de la validación in vitro de los ensayos. Laurentia, por su parte, fue responsable de desarrollar los materiales a mayor escala, contribuyendo al avance del proyecto hacia su implementación industrial.