
Asesinatos con alevosía con agravantes de parentesco han marcado los casos judiciales más mediáticos de los últimos años. Estas con las sentencias y condenas que recibieron los culpables.
26 de mayo de 2016
Parricidios, violaciones o asuntos personales. En la mano del hombre está acabar con la vida de una persona. A muchos no les tiembla el pulso ni les pesa la conciencia, otros acaban sucumbiendo al verse las manos manchadas de sangre delante de un jurado, un juez y una opinión pública contundente. En la última década el número de asesinatos y homicidios ha descendido considerablemente en España, que ahora es uno de los países de Europa con menos crímenes. Aun así, los sucesos todavía siguen aconteciendo. Estos son sólo cuatro de los casos más importantes y mediáticos de los últimos años.
España es uno de los países de Europa con menos crímenes
Caso Marta del Castillo
En octubre del año 2009 se inició una cruda etapa en la familia Castillo y en la crónica negra de Sevilla. Marta del Castillo, de 17 años, desapareció sin dejar ninguna evidencia que condujera a su paradero. Tras largos años de litigios y giros inesperados en el juicio, el principal acusado, Miguel Carcaño, fue condenado a 21 años y tres meses de cárcel en enero de 2012.
El Ministerio Fiscal condenó a Carcaño por un delito de asesinato de los artículos 138 y 139.1 del Código Penal y un delito contra la integridad moral, pero fue absuelto de los delitos de agresión sexual. En este caso se le aplicó el límite máximo de cumplimiento de penas según el artículo 76.1 del Código Penal que regula la acumulación de condenas.
El límite de condena establecido se cumplirá o no dependiendo de los derechos y beneficios penitenciarios a los que se acoja y pueda optar el condenado.
Caso Bretón
Uno de los parricidios más relevantes de los últimos años fue el caso de Ruth y José, de seis y dos años respectivamente. José Bretón asesinó a sus hijos e incineró sus cuerpos en octubre de 2011 en la finca familiar de las Quemadillas de Córdoba, tal y como indica la sentencia. Bretón mantuvo la frialdad y el aspecto impasible durante todo el juicio, todavía hoy niega que fuera él quien acabó con la vida de los niños.
El jurado acreditó que Bretón mató a sus hijos tras administrarles importantes dosis de ansiolíticos y antidepresivos y quemó sus cuerpos, todo como forma de venganza hacia su mujer ante la intención que tenía esta de separarse. En este caso se encontraron los restos de los cuerpos incinerados y se probó que Bretón adquirió los medicamentos y el combustible días antes, por lo que fue condenado a 40 años de prisión en julio de 2013 por dos delitos de asesinato con alevosía según el artículo 139.1 del Código Penal.
Caso Asunta
En esta ocasión fueron el padre y la madre de Asunta Yong quienes acabaron con su vida. La sentencia dictada recoge que ambos suministraron a su hija de 12 años de edad dosis de Orfidal durante al menos tres meses hasta el día de su muerte en el que le administraron una cantidad tóxica de este medicamento para asfixiarla cuando hiciera efecto. El cuerpo fue encontrado atado de pies y manos.
Este juicio presentó muchas dificultades para el jurado popular en el momento de decidir el veredicto al no encontrarse unos muchos indicios pero ninguna prueba evidente. Tras los informes forenses, los testimonios de varios testigos, las contradicciones de las declaraciones de los acusados y la valoración de otras pruebas llevaron al jurado a delcarar culpables a Alfonso Basterra y Rosario Porto del asesinato de su hija. El jurado detalló en la sentencia los razonamientos que les habían llevado a tomar esa decisión. El fallo del juez condenó a ambos padres a 18 años de prisión por asesinato con la agravante de parentesco en noviembre de 2015.