Siguiendo con el programa de salidas voluntarias del máster, el pasado 30 de noviembre visitamos los alrededores de la presa de Contreras, en el área del Parque Natural de las Hoces del Cabriel (a caballo entre Valencia y Cuenca), así como el área esteparia de Ledaña, en la Manchuela conquense. Los objetivos fundamentales de la salida eran, por un lado, seguir profundizando en las estrategias de invernada, con especial énfasis en el treparriscos (Tichodroma muraria) y, por otro, investigar los cambios de paisaje asociados a zonas esteparias tradicionales y su impacto en la fauna asociada.
En el área rupícola de la presa tuvimos la suerte de detectar un ejemplar de treparriscos, visitante habitual durante al menos los últimos ocho años, lo que suscitó un interesante debate sobre la fidelidad de los paseriformes alpinos a sus lugares de invernada y las causas próximas de dicho comportamiento. También disfrutamos de la observación detenida de halcón peregrino (Falco peregrinus), águila real (Aquila chrysaetos) y buitre leonado (Gyps fulvus), así como de cabra montés (Capra pyrenaica). En el área boscosa aledaña trabajamos especialmente la identificación de mamíferos mediante huellas en un lecho de barro. Encontramos, entre otras, huellas de zorro rojo (Vulpes vulpes), garduña (Martes foina) y ardilla roja (Sciurus vugaris).
Finalmente, en el área esteparia de Ledaña constatamos la progresiva sustitución del cereal, leguminosas y barbechos por vid en espaldera, si bien se sigue conservando una notable cantidad de rodales de pino piñonero (Pinus pinea) que funcionan como bosques isla. Este cambio de paisaje tiene un impacto negativo en la avifauna esteparia. De hecho, solo nos alcanzó para detectar algunas aves especialmente asociadas a terrenos abiertos, como el milano real (Milvus milvus), la alondra (Alauda arvensis), la calandria (Melanocorypha calandra), y uno lejanísimo reclamo en vuelo de ganga ortega (Pterocles orientalis).
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