En nuestra última salida voluntaria de la máster dedicada a la invernada, el pasado 14 de diciembre nos dirigimos a dos lugares de gran interés por diferentes razones: la laguna del Cañizar y la laguna de Gallocanta. La primera, situada entre los municipios de Cella y Villarquemado, en Teruel, representa un humedal recientemente restaurado tras permanecer casi un siglo desecado en su totalidad (el primer rellenado se realizó en 2008). La restauración ha permitido la recolonización de la vegetación palustre, especialmente el carrizo (Phragmites australis), y las eneas (Typha latifolia y T. angustifolia), así como de vegetación de saladar, entre las que destacan los limonios (Limonium albarracinense). El lugar alberga algunas especies raras (p.e., la orquídea Anacamptis palustris) y otras en peligro de extinción, como la gramínea Puccinellia pungens. El lugar es también ecológicamente interesante por el uso de búfalos de agua y caballos de La Camarga francesa para el control natural de la vegetación palustre. De hecho, pudimos observar algunos de estos búfalos.
La laguna de Gallocanta, por su parte, es el lugar de paso por excelencia de la grulla común (Grus grus), a las zonas de invernada en la península Ibérica, y también alberga una nutrida población invernante. Pudimos observar centenares de ellas alimentándose en los campos circundantes y retornando a la laguna al atardecer, lo que permitió discutir estrategias de forrajeo, comportamientos agonísticos y cuidado parental extendido en esta especie. Además, pudo avistarse, entre otros, jabalí (Sus scrofa), corzo (Capreolus capreolus) y zorro rojo (Vulpes vulpes).
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