Las tareas específicas del ingeniero químico se establecen como: estudiar, hacer viable, proyectar, dirigir, construir, instalar, trabajar y mantener las industrias que involucran procesos químicos, fisicoquímicos y de bioingeniería, sus instalaciones complementarias y sus equipos, maquinaria, aparatos e instrumentos. Además, las competencias desarrolladas en su formación le permiten realizar otra gran variedad de funciones.

En ese sentido, el Ingeniero Químico es un profesional versátil, capacitado para trabajar en una gran variedad de sectores, desempeñando muy diversas actividades profesionales.

El actual mercado laboral demanda cada vez más este tipo de perfil profesional, donde además de poseer una formación específica en Ingeniería Química, se posea la capacidad de adaptarse a trabajar eficazmente en múltiples ámbitos profesionales. De hecho, los estudios de inserción laboral más recientes no sólo muestran que la práctica totalidad de los egresados estaban activos, sino que además ocupaban puestos de técnico o con personas a cargo y con un perfil ajustado a su nivel y titulación.

Entre los sectores donde encuentran salida profesional los ingenieros químicos se puede destacar el ámbito tradicional, la industria de procesos químicos y afines (alimentaria, refino, aplicaciones medioambientales y biotecnológicas, etc.) pero también empresas de ingeniería y asesoramiento técnico, o el sector público.

Además, por su formación está capacitado para desempeñar tareas profesionales variadas, como por ejemplo, la dirección de proyectos, el diseño de operaciones y procesos, el mantenimiento de plantas y equipos, tareas de gestión, investigación, desarrollo e innovación, como consultor, auditor y responsable de los sistemas integrados de gestión (calidad, medioambiente, prevención), la evaluación de proyectos y la asesoría técnica y legal, y la docencia universitaria y de enseñanza media.