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Dra. Nuria Romo es Catedrática del Departamento de Antropología Social. Instituto Universitario de Investigación de Estudios de las Mujeres y de Género. Universidad de Granada.

La Dra. Nuria Romo presentó los avances obtenidos utilizando una prevención sensitiva al género, así como la utilidad social de seguir esta línea de investigación. Indicó que el consumo de drogas es un universal humano: todas las sociedades han usado determinadas sustancias para conseguir estados alterados de conciencia, y con ello, han cambiado la forma de mirar el mundo. El análisis de esto y su comprensión son complementarios y requiere indagar en la historia para entender cómo se ha constituido el sistema de control de las drogas. El sistema de penalización ha generado problemas, que en general, discurren con la propia designación del sujeto que consume estas sustancias; “la drogodependencia” y “el drogodependiente” designan el círculo en el que vive el sujeto: conseguir droga, consumir, conseguir droga. Surge además el concepto de droga legal vs droga ilegal, obviando la característica clave de una droga: su peligrosidad. Así la configuración social y política de la sustancia se asocia a mayor riesgo de lo ilegal y que es lo ilegal lo que provoca mayor daño.

Desde esta perspectiva, señaló cómo el consumo de las drogas en las mujeres tiene claves diferentes al consumo en los hombres. Utilizando una mirada que contemple las diferencias por género se observa en las mujeres un mayor consumo de drogas legales, obtenidas con o sin receta médica, como los hipnóticos, junto con alcohol y tabaco. Este consumo no tiene impacto en las cifras de consumo de drogas ilegales.

Explicó los nuevos planteamientos que se están realizando al evaluar el consumo de las drogas desde la perspectiva del género. Así el consumo de alcohol puede ser un eximente o un agravante de un delito (p.e. situaciones de violación) que a nivel legal se enraízan con los valores sociales y culturales. Además en este siglo XXI se produce un nuevo fenómeno que se puede denominar la “violencia tecnológica” en relación al uso de la tecnología y que permite visibilizar las desigualdades por género que existen en el consumo de drogas. Esto se refiere al consumo de intoxicación que permite la obtención y difusión en la red de imágenes bajo el efecto de las drogas. Considerar estas situaciones como vulnerabilidad permite considerar el consumo de drogas desde la mirada de reducción de daños. Esta nueva forma de analizar la problemática de la dependencia permite desarrollar nuevos modelos para entender el tratamiento y modificar la legislación.

En estos momentos indicó que se necesita otra descripción de las formas de consumo de sustancias psicoactivas; es preciso la búsqueda de tratamientos que incorporen las necesidades de las mujeres, junto con esto, las nuevas tendencias de consumo de drogas entre las mujeres jóvenes son ámbitos de los estudios de drogodependencias con perspectivas de género.