Logo de la Universdad de Valencia Logo Máster Universitario en Profesor/a de Educación Secundaria Logo del portal

.

Pablo Saturnino. Especialidad Geografía e Historia

Pablo Saturnino | 25 de marzo de 2019

Pablo Saturnino Santatecla, exalumno del máster en Educación Secundaria, en la especialización de Geografía e Historia, promoción 2017/2018.

Desde que estaba en primaria me apasionaba la Historia y la Geografía, eran mis dos disciplinas favoritas. Una vez en el instituto se confirmó que era lo que más me gustaba, ya que eran las únicas materias que realmente disfrutaba, las únicas que practicaba por ocio más allá de lo que tuviéramos que estudiar por obligación. Una vez en segundo de bachiller decidí estudiar el grado de Historia sin tener todavía claro del todo que haría después. Fue en estos cuatro años de universidad cuando me decanté por la rama de la docencia.

Dudaba entre la investigación y la enseñanza universitaria o la enseñanza secundaria. Me decidí por esta última, ya que es una etapa en la que los alumnos absorben gran cantidad de información y están más abiertos a nuevas formas de trabajo. Son más maleables académicamente hablando y creía que podría contagiarles mi pasión por la historia. Además, me motivaba la idea de no repetir lo que considero errores de la enseñanza y que todos hemos sufrido, errores que convierten en mucho más pesada la etapa en el instituto.

La enseñanza más valiosa del máster que me llevé es que la enseñanza obligatoria que hemos recibido nuestra generación y la anterior es de una forma determinada y no tiene porque ser así, se puede cambiar. No tiene por que ser lo que nosotros vivimos en la mayoría de los casos: abrir libro, alguien lee, el profesor subraya la página… Para poder cambiar eso (o que no sea lo único) hace falta trabajo duro, tanto a nivel de preparación de las clases como de formación.

También aprendí que un profesor no deja nunca de formarse. El máster solo dura un año, son unas pocas pinceladas. Después uno tiene que seguir buscando, informándose, estudiando, reinventando sus actividades y sus clases, esforzarse para que cada clase funcione y si no funciona lo que en otras sí lo hacía, modificarlo. Ese es el trabajo de un profesor, que la clase de su cien por cien y obviamente, cada una tiene un nivel distinto de aprendizaje y de atención y hay que adaptarse.

En algunos aspectos sí, pero en parte creo que es muy limitado. Durante el primer mes estaba motivado. Aprendíamos sobre temas que nunca habíamos visto y hablábamos y reflexionábamos en clase sobre cuestiones e inquietudes que todos teníamos y podíamos compartir allí. Pero las clases teóricas son muchas y los contenidos de las asignaturas se repiten y solapan en muchos casos, lo que crea una sensación de monotonía y de estar desaprovechando el tiempo pasadas unas semanas. No digo que no sea útil; como menciono en líneas anteriores las clases teóricas me han ayudado en mi actual trabajo como docente, pero sobran muchas horas en aula o falta contenido en ellas, porque sino se crea una sensación de deja vu diaria pasado el primer mes.

Por otra parte, en las prácticas creo que faltan más horas, ya que es donde realmente puedes aplicar tus ideas y lo aprendido en el máster.