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Dientes de cachalote - Diciembre

  • 8 diciembre de 2020

Dientes de cachalote (Physeter macrocephalus). Colección en depósito del MUVHN.

Dientes de cachalote
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Foto: Sergio Montagud

Las ballenas actuales pueden dividirse en dos grupos. El primero de ellos se caracteriza por haber perdido los dientes en su historia evolutiva. Han desarrollado un sistema alternativo de alimentación, basado en el desarrollo de unas barbas o estructuras específicas de alfa-queratina que les permite filtrar grandes cantidades de agua y retener los organismos que hay en ellas. El otro grupo, más primitivo, aún conservan los dientes y su forma de alimentación se basa en atrapar las presas con ellos para ingerirlas después. En este último grupo de cetáceos destacan los cachalotes (Physeter macrocephalus), uno de los mamíferos más grandes, cuyos machos pueden alcanzar los 20 metros de largo.

El cachalote es el animal con dientes más grande que existe hoy en día. Sus colmillos pueden llegar a medir hasta 30 centímetros y pesar más de un kilogramo. Se disponen en número de 20 a 26 en la mandíbula inferior. Los de la mandíbula superior son muy rudimentarios y generalmente nunca emergen a la cavidad oral. Pero estos mismos dientes pueden representar un problema para la especie, porque son de marfil.

El marfil es un material que ha formado parte de los atuendos y ornamentos más valorados en muchas culturas humanas a lo largo de toda la historia. Se trata de la dentina que forma parte de los dientes de los vertebrados, cubierto por el esmalte y el cemento en el organismo vivo. Tradicionalmente, el marfil se ha obtenido a partir de colmillos de elefante africano y asiático, por el gran desarrollo en volumen que estas estructuras adquieren en estos animales. Pero existen especies que disponen de una dentición de considerable tamaño para garantizar una fuente importante de marfil y que también han sido objeto de caza abusiva para su obtención. Entre ellas, se incluyen morsas, hipopótamos y cachalotes. Para evitar la extinción de estas especies como consecuencia del tráfico de marfil, el comercio de este material se ha regulado en todo el mundo a través de instituciones y tratados internacionales. Lamentablemente, no todo el comercio ha podido controlarse y se ha generado un tráfico ilegal de marfil que está siendo muy perseguido por las autoridades.

Los cachalotes se encuentran protegidos por leyes internacionales y su caza está prohibida. Antaño se les perseguía por su grasa y el espermaceti, un líquido o aceite que almacenan en su cavidad craneal y que se utilizaba en la industria cosmética. Pero hoy en día los colmillos de cachalote que se introducen en el mercado ilegal de marfil suelen provenir de individuos varados en las costas y su origen local puede ser muy variado. Para evitar capturas de estos animales que tengan como objetivo la adquisición de marfil, las diferentes autoridades de cada país llevan un control activo del comercio de estos objetos en las distintas plataformas de adquisición y venta.

En el año 2013, el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil detectó una oferta de venta de 80 Kilos de marfil para confeccionar piezas de ajedrez, en la comarca de la Ribera Alta, provincia de Valencia. Los agentes actuaron y dieron con un total de 250 colmillos que resultaron ser de cachalote. El material fue requisado y se abrieron las correspondientes diligencias judiciales. Los colmillos se entregaron, para su análisis y custodia, al Departamento de Zoología de la Universitat de València y, en 2018, tras la creación del Museu de la Universitat de València de Historia Natural (MUVHN), el material pasó a formar parte de sus colecciones, donde se encuentra depositado en la actualidad. Todos los dientes han sido catalogados y fotografiados, y parte de ellos se encuentran en exposición. En un futuro se espera realizar análisis que puedan clarificar su procedencia, especialmente origen local y de cuántos individuos forman parte. En la imagen, a la izquierda, podemos observar tres de estos dientes en vista lateral. La escala corresponde a estos elementos. A la derecha, aumentado, una imagen basal en donde se aprecia la cavidad interior del diente y sus estructuras.