
El trabajo valenciano 'Habitantes de la oscuridad: Fauna ibero-balear de las cuevas' ha recibido en Brasil el premio al mejor libro de cuevas del mundo.
«Vivir sin luz, sin un solo fotón de energía solar, no parece fácil. Sin embargo y contra todo pronóstico, buena parte de la exuberante biodiversidad de este planeta muere en absoluta oscuridad en los poros e intersticios de las duras rocas, en el interior de las húmedas cuevas, ajenas a las decisiones que tomamos los seres humanos».
Estas palabras del biólogo valenciano Alberto Sendra podrían resumir muy brevemente la motivación que hay detrás del trabajo que ha coordinado, con la colaboración de otros biólogos, naturalistas, geólogos y espeleólogos, algunos de ellos de Castellón (es el caso de Salvador Herrando Pérez, Josín Albla, Luís Alme galardonado en el marco del Congreso Internacional de Espeleología celebrado en Brasil con el premio al mejor libro de cuevas del mundo, concedido por la Unión Internacional de Espeleología.
Habitantes de la oscuridad: Fauna ibero-balear de las cuevas es el título de una publicación en la que el territorio de Castellón y los seres que lo habitan en su subsuelo están bien presentes. Indica Sendra que «son más de medio centenar las especies estrictamente cavernícolas conocidas de las cuevas y simas castellonenses». Y de su existencia da cuenta un libro que deja constancia de que «son especies únicas, endémicas y exclusivas de nuestra región».
Entre los datos más fascinantes de esta descripción de una realidad que no por estar oculta deja de ser relevante como indicadores que son de la salud de la Tierra, Sendra afirma que diez de esas especies «son reliquias de un mundo anterior», testigos vivos de grupos de animales completamente extinguidos en la superficie exterior. Una diversidad única e insustituible que debemos proteger para el futuro». Y el primer paso para comprender la necesidad de la protección es el conocimiento.
Para más información: El Periódico Mediterráneo
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