Logo de la Universdad de Valencia Logo Unidad de Cultura Cientifíca y de la Innovación - Cátedra de Divulgación de la Ciencia Logo del portal

Víctor Navarro: “La ciencia española ha sido relevante en la cultura universal también en el pasado”

  • Unidad de Cultura Científica y de la Innovación
  • 27 junio de 2023
 

Víctor Navarro Brotons (Valencia, 1945) es catedrático jubilado de Historia de la Ciencia de la Universitat de València. Ha dedicado su carrera a conocer, divulgar y restituir al pasado científico valenciano y español. En esta entrevista explica los actos previstos con motivo del quinto centenario del nacimiento del humanista valenciano Jeroni Munyós, con actos en marcha hasta 2024. También trata a la ciencia como parte de la cultura, y la formación en historia de la ciencia.

Víctor Navarro, también doctor en Física, ha publicado 27 libros como autor, coautor o editor, así como cientos de trabajos de historia de la ciencia, entre artículos científicos, de divulgación o entradas de diccionarios y enciclopedias. Entre los libros destacan Història de la Ciència al País Valencià, Disciplinas, saberes y prácticas. Filosofía natural, matemáticas y astronomía en la sociedad española de la época moderna y Jerónimo Muñoz. Matemáticas, cosmología y humanismo en la época del Renacimiento. Ha participado en más de 60 congresos y reuniones científicas nacionales e internacionales, dirigiendo 11 tesis doctorales. Es miembro de la Academia Internacional de Historia de la Ciencia, la más importante del mundo en la disciplina.

 

Este año se celebra el quinto centenario del nacimiento del humanista valenciano Jeroni Munyós, los 450 (451) años de la observación de la supernova de 1572, así como de la publicación del libro El libro del nuevo cometa (1573). ¿Por qué es importante este científico?

Es una figura primordial en el contexto español, y también para la Universitat de València, porque en ella fue profesor durante muchos años, tanto de matemáticas en el sentido de la época (puras, como geometría, aritmética y trigonometría) como de mixtas o aplicadas (astronomía, óptica, perspectiva, cartografía, geografía, astrología). Además, fue profesor de la Universidad de Salamanca, la más importante en la época de lo que hoy es España, un centro muy supervisado y protegido por la Monarquía. Hacía falta, en Salamanca, un buen astrónomo, en relación a la reforma del calendario y un buen profesor para formar cosmógrafos. No sabemos cuándo nació Jeroni Munyós. Mi especulación es que, si alcanzó el grado de Bachiller en Artes en 1537, y a los 17-18 años era la edad cuando en la época se graduaban en artes, será 1520. No tenemos acta de nacimiento.

¿Y cuál fue el resultado de la investigación de Munyós?

Durante un tiempo observó la supernova y su evolución, y sus observaciones y conclusiones, recogidas después en el Libro del nuevo cometa, contribuyeron a la crisis de la cosmología tradicional y a preparar la nueva astronomía. Algunas décadas antes, Copérnico publicó su gran libro sobre “las revoluciones de los orbes celestes” en el que situaba al Sol en el centro del cosmos y hacía de la Tierra un planeta. Esto subvertía el orden planetario tradicional en el que el cosmos se distribuía en la región terrestre y la celeste, con una discontinuidad clara, por lo que en la celeste no se producían cambios, y era inmutable. La supernova, si se demostraba que era una nueva estrella, o un cometa, es decir, un cuerpo o un fenómeno que estaba no en el mundo terrestre, sino en el cielo, cuestionaba el esquema clásico, porque ponía de relieve que en el cielo había cambios, y contribuía a apoyar la propuesta de Copérnico. Munyós, con su dominio de las técnicas astronómicas, estimó la paralaje de la supernova, mostrando que ésta era insensible y por tanto inferior a la de la Luna. Es decir, se trataba de un fenómeno celeste.

Pero él habló de un cometa, no de una supernova...

En el contexto de la época, era muy difícil diferenciar un cometa de una supernova. Jeroni Munyós, cuando observó a la supernova, ya estaba convencido de que el cielo no era inmutable. En un manuscrito, que se conserva en Copenhague, resultado de unas conferencias que impartió en 1568 en la Universitat de València, al hilo del comentario del segundo libro de la historia natural de Plinio, ya criticaba la filosofía natural aristotélica, y destacaba que no hay diferencia entre el cielo y la tierra, y que las esferas celestes no existían. Este hecho ponía en cuestión muchas de las ideas de la filosofía natural tradicional. Él mismo decía a quienes criticaban sus ideas: “No han podido entender lo que con sus ojos pudieron ver”. En cualquier caso, sobre si era un cometa, él dice que era un cometa diferente de todos los registrados hasta entonces y que más parecía una estrella que un cometa. Pero prefería decir que era un cometa para dar una explicación natural y no milagrosa (como hicieron muchos astrónomos) de su origen.

 

"Jeroni Munyós fue profesor durante muchos años, tanto de matemáticas en el sentido de la época (puras, como geometría, aritmética y trigonometría) como de mixtas o aplicadas (astronomía, óptica, perspectiva, cartografía, geografía, astrología)"

-------

"La supernova, si se demostraba que era una nueva estrella, o un cometa, es decir, un cuerpo o un fenómeno que estaba no en el mundo terrestre, sino en el cielo, cuestionaba el esquema clásico, porque ponía de relieve que en el cielo había cambios, y contribuía a apoyar la propuesta de Copérnico"

 

 

¿Cómo se difundió ese trabajo y las conclusiones que generó?

El Libro del nuevo cometa fue traducido al francés. Además, Cornelius Gemma, hijo de Gemma Frisius, maestro de Munyós en Lovaina, en sus trabajos citó y comentó su obra. Además, Munyós mantenía correspondencia con destacados astrónomos de la época y algunas de estas cartas llegaron a Tycho Brahe, astrónomo danés (el mejor observador de su época) que también observó la supernova y publicó un libro en el que reunió y comentó los trabajos sobre el fenómeno escritos por 31 autores. En este libro, Brahe comenta ampliamente las observaciones y conclusiones de Munyós sobre la supernova. El libro de Brahe tuvo una gran difusión y, de hecho, la supernova se cita habitualmente como la Supernova de Tycho Brahe. Por otra parte, conviene señalar que Munyós publicó pocos libros, pero dejó un conjunto de manuscritos que se conservan en diversas bibliotecas de Europa, autógrafos o copias hechas por sus discípulos. Así, hemos encontrado manuscritos de Munyós en Copenhague, Salamanca, Madrid, Munich, el Vaticano y Nápoles.

Entonces, la trascendencia de Munyós podemos concluir que es por este descubrimiento que también hicieron otros grandes cosmógrafos de la época.

Y también porque el Rey tenía un gran interés en que la Universidad de Salamanca formase cosmógrafos para toda la gran empresa de las Américas, que implicaba descubrimientos geográficos y muchas cosas más. Por ejemplo, en Madrid estaba el Consejo de Indias, y se creó una academia de matemáticas. Muchos de los cosmógrafos que trabajaron en estos lugares habían estudiado en Salamanca y Munyós había sido su maestro. Es decir, la trascendencia de Munyós tiene que ver también con su extraordinaria labor como profesor.

Jeroni Munyós fue catedrático de Hebreo y también de Matemáticas en Valencia. Dos áreas muy distintas, ¿no?

En eixa època no era tan estrany que s’impartiren matèries tan diferents. N’hi ha molts altres exemples. Els humanistes científics es preocupaven de restituir el passat científic greco-romà, i tenien molt d’interès per la Bíblia. Ser professor d’hebreu era també ser professor de sagrades escriptures, en una època, a més, de conflictes religiosos. En esa época no era tan raro que se impartieran materias tan distintas. Hay otros muchos ejemplos. Los humanistas científicos se preocupaban de restituir el pasado científico greco-romano, y tenían mucho interés por la Biblia. Ser profesor de hebreo era también ser profesor de sagradas escrituras, en una época, además, de conflictos religiosos.

¿Qué actos hay previstos en torno al Año Jeroni Munyós?

El 9 de mayo de este año impartí una conferencia inaugural sobre el V Centenario de Jeroni Munyós y su obra en el Jardín Botánico. Entre mayo y junio, ha habido un ciclo de charlas sobre aspectos de historia de la ciencia (astronomía y cosmología) y el año que viene, en 2024, habrá dos exposiciones, una en la Universitat de València, y otra en la de Salamanca, en torno a la obra de Munyós. En 2019 Vicent Martínez, catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Valencia y yo, planteamos al rectorado la propuesta de hacer el centenario, pero vino la pandemia de COVID-19 y no se pudo hacer hasta el año pasado (2022). En febrero Vicent Martínez y yo empezamos el tema con una charla en la Societat Econòmica de Amics del País de Valencià, que se ha llevado a cabo con éxito de público, prevista en 2019 y ese fue el pistoletazo de salida del homenaje.

 

"El año que viene, en 2024, habrá dos exposiciones, una en la Universitat de València, y otra en la de Salamanca, en torno a la obra de Munyós"

-----

"Es cierto que Munyós, Jorge Juan y tantos otros, no han tenido el reconocimiento que merecen, que es una tónica de nuestra cultura en la que aún se valora mucho más al pintor o al escritor que al científico"

-----

"José de Zaragoza o Zaragozano, un matemático extraordinario que formuló una serie de teoremas que después reformularon otros autores" 

-----

"Jorge Juan quizá sea el físico y astrónomo valenciano más importante de nuestra historia, participó en la gran expedición para medir el meridiano terrestre que confirmó que la Tierra está achatada por los polos"

 

 

¿Están suficientemente reconocidos científicos como Jeroni Munyós?

Por lo general, los científicos relevantes españoles no están muy bien reconocidos, aunque la historia de la ciencia ha mejorado bastante en cuanto a su público. En el caso valenciano, aquí siempre ha habido gente observando el cielo, estudiando plantas, mejorando el conocimiento general en medicina o en otras áreas. Pero sí es cierto que Munyós, Jorge Juan y tantos otros, no han tenido el reconocimiento que merecen, que es una tónica de nuestra cultura en la que aún se valora mucho más al pintor o al escritor que al científico.

¿Qué otros humanistas valencianos destacaría especialmente?

Como científicos valencianos destacaría, en el siglo XVI aparte de Munyós, algunos de los médicos y anatomistas (Pere Jimeno, Lluís Collado) o botánicos como Joan Plaza. También algunos filósofos destacados que tuvieron mucha influencia en la escolástica europea, como Benet Perera, que tiene una plaza en Ruzafa. En el XVII existe uno de los matemáticos más relevantes de la historia valenciana y española, que es el jesuita José de Zaragoza o Zaragozano, un matemático extraordinario que formuló una serie de teoremas que después reformularon otros autores. Zaragoza estuvo unos años en Valencia, y fue el maestro de los que serían después los novatores (corriente de pensadores, científicos y filósofos, que a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII trataron de difundir las nuevas corrientes científicas y filosóficas). Entre los novatores valencianos destacaría al padre Tosca, autor de un magnífico plano detallado de la ciudad de València, además de un compendio de matemáticas en 9 volúmenes; el matemático y astrónomo Juan Bautista Corachán y el sacerdote, matemático y físico Baltasar Íñigo. También es clave, por supuesto, Jorge Juan, que quizá sea el físico y astrónomo valenciano más importante de nuestra historia, y que participó en la gran expedición para medir el meridiano terrestre que confirmó que la Tierra está achatada por los polos, y escribió un tratado de mecánica racional aplicada a la navegación que fue traducido al francés, inglés e italiano. También, en el siglo XIX, es clave la aportación del astrónomo y geólogo José Joaquín Landerer, que tiene una calle en Valencia.

Usted es Doctor en Física. ¿Qué aporta su formación científica para la labor de análisis de la ciencia? ¿Qué es más importante la base científica o la formación general para ser un buen docente?

Es una gran cuestión. Como historiador de la ciencia, soy en gran medida autodidacta. Tuve la inmensa suerte de conocer a José María López Piñero (1933-2010), catedrático de Historia de la Medicina de la Universitat de València. Él no me enseñó historia de la física o de la astronomía, pero sí lo que llamaríamos ‘El oficio del historiador’. Los conocimientos que tenía estudiando física me han servido mucho para estudiar la historia de la física y de la astronomía.

La historia de la ciencia es un conocimiento multidisciplinar de muchas...

Necesitas saber de muchas cosas. Hay que saber ciencia si te dedicas al análisis interno de las cosas. Por ejemplo, para comprender la importancia de Jeroni Munyós debes saber astronomía, y trigonometría esférica para entender los cálculos astronómicos de la época. Y si quieres situar al personaje en su contexto, también debes estudiar historia, sociología o antropología. Actualmente, ha crecido mucho el número de historiadores de la ciencia, pero no estoy seguro de que exista una preocupación como la que teníamos nosotros en el departamento por los procedimientos y herramientas del oficio.

Ha hablado de su relación con el Catedrático de Historia de la Medicina José María López Piñero. ¿Qué le aportó?

Tuve la gran fortuna de conocerle. Tenía interés por las otras ciencias, no sólo la Medicina y le conocí cuando yo era estudiante, a través de un amigo mío que era discípulo suyo. Después de una conferencia me lo presentó y fue muy generoso, me ofreció poder asistir a su departamento, a la biblioteca, y estudiar historia de la ciencia, pero no podía ofrecerme nada porque yo todavía era estudiante y no era médico. Años después, se creó una asignatura llamada “Matemáticas para médicos” (Estadística, en realidad). López Piñero me propuso que me ocupara de ella, y así podría estar en la Facultad de Medicina y trabajar en el Departamento. Entonces, empezamos la gran batalla evangelizadora para convencer a la Universidad de que era necesario tener historia de la ciencia como área de conocimiento en la institución. Creo que su labor inmensa no ha sido reconocida como debería. Ambos intentamos demostrar que la ciencia es parte de nuestra cultura también en el pasado y que la gente de aquí también ha tenido un papel importante. La ciencia española (la actividad científica, como le gustaba decir a López Piñero) ha sido relevante en la cultura universal también en el pasado.

 

"López Piñero y yo empezamos la gran batalla evangelizadora para convencer a la Universidad de que era necesario tener historia de la ciencia como área de conocimiento en la institución"

-----

"Hacia la mitad de los años 80 con la LRU impulsada por Maravall se crearon los departamentos y las áreas de conocimiento, y López Piñero pidió que se creara el área de historia de la ciencia, y se consiguió"

 

 

¿Cómo fueron los principios de su labor investigadora?

Hacia la mitad de los años 80 con la LRU impulsada por Maravall se crearon los departamentos y las áreas de conocimiento, y López Piñero pidió que se creara el área de historia de la ciencia, y se consiguió. Hasta esa época yo contaba matemáticas, trabajaba en estadística, y en el tiempo libre me dedicaba a colaborar con López Piñero y a realizar investigaciones sobre historia de la ciencia. Por ejemplo, en 1971-72, cuando se celebró el primer Congreso de Historia del País Valenciano, presenté dos trabajos sobre los novatores valencianos, y en 1974 un trabajo en la revista Cuadernos Hispanoamericanos sobre la difusión de Copérnico en España. Aunque hasta el 86-87 no fui profesor de Historia de la Ciencia, ya había realizado muchos trabajos. En 1983, Thomas Glick, López Piñero, Eugenia Portela y yo publicamos el Diccionario Histórico de la Ciencia Moderna en España, con la biografía de casi 1.000 científicos.

Para incrementar la cultura científica y el interés por la historia de la ciencia, ¿qué hace falta?

El debate sobre si ha existido o no ciencia a un nivel digno de relieve en nuestra historia existe desde hace tiempo. Menéndez Pelayo defendía que sí e hizo un enorme repertorio científico. Relacionado con esto, creo que existe todavía un escepticismo entre los científicos españoles en activo sobre si hay un pasado científico propio. Si aparte del Nobel Ramón y Cajal y otras figuras, hay más. Algunos amigos científicos todavía me comentan que si hemos tenido a pintores universales como Velázquez y Picasso; escritores como Cervantes, traducido a todas las lenguas del mundo... por qué no hemos tenido científicos de la talla de Newton o Galileo, lo cual les hace ser muy escépticos sobre el peso que ha tenido la ciencia en nuestra historia.

 

"El científico español actual en activo, por lo general, piensa que el pasado es un museo de los horrores o de los errores"

-----

"Cajal dijo que al carro de la cultura española le faltaba la rueda de la ciencia y esa es una frase que me impulsó a estudiar el tema"

-----

"Una sociedad que conociera bien a sus científicos y humanistas, los actuales y los del pasado, sería mejor en todos los sentidos. Todos necesitamos modelos y referentes para vivir"

 

¿Y usted qué opina?

El científico español actual en activo, por lo general, piensa que el pasado es un museo de los horrores o de los errores. Prefiere pensar que con ellos y sus colegas comienza la actividad científica en España; que lo importante no es preocuparse de si hemos tenido unos científicos reputados, sino ir a las grandes instituciones europeas, participar de la comunidad científica internacional y hacer ciencia al nivel más alto posible. Una de mis preocupaciones, y la compartía con José María López Piñero, era convencer a los científicos de que sí había un pasado que merecía la pena conocer. A los alumnos de un curso de historia de la física que yo hacía (alumnos que ya estaban terminando la carrera), les pregunté por qué les interesaba conocer el pasado de su disciplina y algunos respondieron que les gustaba mucho porque les daba dignidad participar de una larga historia. Cajal dijo que al carro de la cultura española le faltaba la rueda de la ciencia y esa es una frase que me impulsó a estudiar el tema. Fue mi interrogante para dedicarme sobre todo a la historia de la ciencia en la Comunidad Valenciana y en España. ¿Le falta o no? ¿Y cuáles han sido sus deficiencias, y por qué?

Una sociedad que conociera bien a sus humanistas, ¿qué tendría mejor?

Una sociedad que conociera bien a sus científicos y humanistas, los actuales y los del pasado, sería mejor en todos los sentidos. Todos necesitamos modelos y referentes para vivir. Si los modelos y referentes que tenemos y tienen los jóvenes son científicos, humanistas, o gente que se ha preocupado por el saber, por la ciencia, y han valorado el esfuerzo necesario para conseguirlo... esto será mejor para todos. El gran desafío que tenemos los mayores es la gente joven, y qué legado dejaremos. Es importante que las y los jóvenes conozcan la historia de su país en su integridad, la ciencia incluida. Además, es necesario fomentar las vocaciones científicas, y tener muy claro cómo se difunde la ciencia. Por lo general, asistimos a una trivialización de la cultura. Vas a una librería, y lo que te encuentras de entrada 200 o 300 novelas románticas o policíacas, y después en un rinconcito, encuentras algún libro de divulgación científica. Demasiado poco.

Usted ha dedicado su vida a la docencia y la historia de la ciencia. ¿Cómo le gustaría que le recordaran?

Como una persona que se ha preocupado por reconstruir y restituir nuestro pasado científico, y por defender que la ciencia, el saber, ha sido también una parte relevante de nuestra cultura, y que esto es un hecho importante. Si se me recuerda en ese sentido, con trabajos sobre los científicos valencianos y españoles (Jeroni Munyós, Padre Tosca, Jordi Joan, Landerer, Tarazona...) bien. Ahora, una de mis grandes satisfacciones es cuando viene alguna nieta y me dice que están estudiando Galileo o Copérnico y yo puedo mostrarles mi antología dedicada al gran científico italiano o mi traducción al catalán de la obra de Copérnico. Por otro lado, estoy muy orgulloso de mis discípulos (de los alumnos de las clases y en particular de los que hicieron el doctorado conmigo) y del cariño que sé que me tienen. Ese es mi mejor legado.

 

Las actividades Estimulando las vocaciones científicas, en la cual se integra la conferencia de Víctor Navarro, forman parte del plan de actividades de divulgación científica de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación. Está cofinanciadas por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, además de contar con el apoyo de SCIENCE GTS, un proyecto asociado a la iniciativa “Noche Europea delos Investigadores” de la Unión Europea, que cuenta con la financiación de les acciones Marie Skłodowska-Curie e identificador de convocatoria: HORIZON-MSCA-2022-CITIZENS-01 (MSCA y Citizens 2022).