La verdad es que al final se hizo pesado. Con eso de viajar con compañías de bandera por no tener problemas con el equipaje en las low-cost, casi llego. El de Valencia-Madrid sin problemas, por cierto, Rafa, el comandante era tu hermano (no es broma, a no ser que haya otro Currás en Air Nostrum).

Pero ya en Madrid las cosas se complicaron: decían algo de una batería que había que cambiar, bueno: dos horitas. Lógicamente al llegar al Heathrow, la conexión con Glasgow perdida. No pasa nada, se cambia de terminal, se busca la oficina de Iberia (que la verdad, atendieron bien) y me dan otro billete para las 14.15. Pero una vez más, las cosas no iban a ser fáciles: que si había vientos fuertes en Glasgow y el avión que venía se retrasaba, bueno: dos horas más. Por cierto, Natalia, lo de los vientos era cierto, me acordé de ti al aterrizar allí.