Según EUROSTAT (Oficina Europea de Estadística de la Comisión Europea), los españoles no somos, ni de lejos, los europeos más productivos; de hecho, Irlanda, Bélgica o Francia nos llevan una gran ventaja en productividad. Es evidente que algo estamos haciendo mal cuando nuestros extensos horarios laborales no coinciden con unos buenos resultados empresariales en la mayoría de los casos. Quizás debemos plantearnos cambiar algunos de los siguientes hábitos en los que seguro nos reconoceremos (al menos en uno):

• Hacer pausas prolongadas para almorzar y para comer:si paramos el tiempo justo para comer y descansar, tras media hora nos podemos reincorporar al trabajo y finalizar antes nuestra jornada.
• Hacer sólo pausas para comer:debemos parar a estirarnos y, sobre todo, cambiar de posición de vez en cuando para evitar dolores físicos que puedan desembocar en bajas laborales.
• Fomentar el presencialismo:cuando se cumplen los objetivos ya no es necesario estar por estar, ya que esto solo puede llevar al cansancio y a la insatisfacción, enemigos de la productividad. Una de las propuestas sería realizar la jornada flexible así como fomentar el teletrabajo, sobre todo cuando las tareas se llevan a cabo por objetivos.
• Falta de planificación:si no nos organizamos ni sabemos lo que debemos hacer y no priorizamos tareas, no llegaremos a acometer los objetivos marcados que se nos van acumulando. Es recomendable que nada más llegar al trabajo, nos demos un tiempo para pensar y no ponernos a hacer las tareas de manera automática. Además hay que gestionar la energía que disponemos ya que no siempre nos sentimos con las mismas fuerzas ni con la misma motivación.
• Tener activadas las notificaciones de móvil y correo:cualquier distracción en este sentido romperá el ritmo de trabajo.
• Trabajar en un entorno incómodo:hay que estar cómodo trabajando por lo que hay que revisar temperatura, iluminación y, sobre todo, la ergonomía del lugar de trabajo evitando posiciones incómodas. 
• Apuntar las tareas a realizar en una agenda:para no saturar el disco duro y tener sensación de falta de control, debemos tener actualizada la agenda y recurrir a ella todo lo que sea necesario.

No obstante, y además de los aspectos comentados, hay otros factores no tangibles que también influyen en ser o no ser productivo/a; la motivación es uno de los más importantes y funciona como causa y efecto al mismo tiempo. La receta que damos es una mezcla de varios ingredientes que dependen en gran medida de nosotros.