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NOTICIA 76 de 100. NUEVA ENTRADA DE “SABERES EN ACCIÓN”: "Medicamentos y patentes" de Rafaela Domínguez Vilaplana (Universidad Complutense de Madrid)

  • 28 noviembre de 2023
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Segunda parte de “saberes en acción”: https://sabersenaccio.iec.cat/.

Categoría "El medicamento industrial"

El desarrollo de la industria farmacéutica cambió sustancialmente la forma de producción y venta de medicamentos

Con anterioridad a la industrialización y a las especialidades farmacéuticas, los boticarios elaboraban de forma artesanal las fórmulas magistrales o preparados farmacéuticos. Este proceso de producción era complejo, delicado y variado, tal y como se ha descrito en otras entradas. Por regla general, las boticas tenían una capacidad de manufactura escasa, dedicando mucho tiempo a la elaboración de los preparados, desde la recolección o adquisición de las plantas medicinales hasta su dispensación a los pacientes. En la actualidad, las empresas farmacéuticas producen a gran escala sustancias para el tratamiento de enfermedades, fundamentalmente medicamentos, entre ellos vacunas, así como también alimentos artificiales y productos sanitarios.

Las patentes se establecieron mucho antes del desarrollo de la industria farmacéutica. Aunque existen muchos precedentes anteriores, se puede afirmar que el concepto actual de patente nace tras la Revolución Industrial como un privilegio o derecho legal otorgado por un Estado al titular para la explotación en exclusiva de la invención durante un tiempo determinado. En el sector industrial farmacéutico, un elemento crucial en el sistema de patentes fueron los acuerdos internacionales alcanzados mediante el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, de 20 de marzo de 1883. Este fue un primer paso para facilitar que los derechos de patentes fueran aplicables en más de un país; las empresas químico-farmacéuticas emplearon este marco legal para proteger sus innovaciones y expandirse internacionalmente. Las empresas podían hacer uso de la licencia de explotación de una patente para introducir la innovación en un nuevo territorio. Este fue el caso del medicamento Plasmochin, considerado como el primer compuesto sintético efectivo contra la malaria. La licencia de explotación de esta patente para España, sus colonias y protectorados, fue cedida en 1929 por I.G. Farbenindustrie AG, el principal consorcio de industrias químicas y farmacéuticas alemanas, a la empresa Fabricación Nacional de Colorantes y Explosivos (FNCE), una de sus filiales españolas.

Para continuar leyendo:

https://sabersenaccio.iec.cat/es/medicamentos-y-patentes/