El Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), en Paterna, cercano al campus de Burjassot de la Uniersitat de València, celebró el pasado lunes su 50º aniversario, en una trayectoria que los ha llevado a ser un referente a nivel internacional en la ciencia y tecnología de la industria de los alimentos.
17 de de febrer de 2016
El centro, adherido al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), elabora estudios que abarcan toda la cadena alimentaria, desde la microbiota intestinal hasta la conservación en última instancia de los alimentos. Son cinco décadas al servicio de los alimentos, la nutrición, la salud y sobre todo la ciencia; sus grandes líneas de investigación son la seguridad y calidad alimentaria y la biotecnología. Algunos de sus desarrollos más famosos son la elaboración de jamones con menos grasa, panes menos calóricos, potenciadores de sabores para productos como zumos y muchos otros.
“En estos 50 años de historia, el IATA se ha convertido en un centro pionero de referencia nacional e internacional en ciencia y tecnología de alimentos, y ha realizado una trasferencia efectiva de los resultados al sector industrial”, señala Cristina Molina Rosell, la directora de la IATA. “Asimismo, la formación de técnicos, doctores y postdoctorales en agroquímica y ciencia de alimentos ha proporcionado miles de profesionales que ocupan puestos directivos, académicos y técnicos en universidades y en empresas de ámbito autonómico, nacional e internacional”, añade, en declaraciones extraídas del comunicado del CSIC acerca de la conmemoración.
El Instituto De Agroquímica y Tecnología de los Alimentos se inauguró oficialmente en 1966, pero ya investigaba desde años antes en el departamento de Química Vegetal del desaparecido Instituto de Química Alonso Barba, en el seno de nuestra facultad, la facultad de Química de la Universitat de València. Las primeras investigaciones fueron dedicadas a los productos producidos en la Comunidad Valenciana, en los que destaca el arroz y los cítricos, pero conforme avanzaron los años estas investigaciones se fueron diversificando, asumiendo más y nuevos retos, como la creación de carnes menos grasientas, como el jamón ya mencionado, o el papel benévolo de bacterias y otras investigaciones.
Además, las investigaciones de agronomía, medio ambiente y recursos naturalmente potenciadas por el Instituto fueron el precursor de otros centros que se crearon a raíz de este, como el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE) o el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP).
