El periodo Sidérico
Hace unos 2.400 millones de años tuvo lugar en los océanos una trasformación trascendental que, muchísimo tiempo después, afectará a la evolución de nuestra civilización. Se trata de la Gran Oxidación que aconteció en el trascurso del conocido como periodo Sidérico. Por aquel entonces los microorganismos fotosintéticos comenzaban a multiplicarse en los océanos desplazando a otros muchos organismos más primitivos, pues el oxígeno que liberaban los primeros resultaba mortífero para los segundos. Tal fue su éxito que llegaron a convertirse en las formas de vida dominantes y la concentración del gas que generaban como residuo de su metabolismo aumentó notablemente.
¿Cuál fue la principal consecuencia de la irrupción del oxígeno en aquellos mares primigenios? Hasta ese momento gran cantidad de compuestos que contenían hierro permenecían disueltos en el agua, pero al reaccionar con el oxígeno cada vez más abundante comenzaron a precipitar depositándose como materiales sólidos en los fondos marinos. Dicho proceso de precipitación se produjo a escala masiva en todo el planeta a lo largo de millones de años y, en el trascurso de eras geológicas, aquellos depósitos se convirtieron en el mineral de hierro que llevamos explotando desde hace milenios. Así pues el hierro, componente esencial del acero y otros materiales importantísimos de la Era Industrial, tiene su origen en esta época tan remota. Pues de no haber sido por la Gran Oxidación aquellos minerales jamás se hubieran formado.
Para ampliar información acerca de este suceso y sus implicaciones en la actualidad consultar la siguiente entrada en el Blog Aterrageo.
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