La biota de Edicara
En los desiertos del sur de Australia, en las montañas Flinders, existe un lugar conocido como las colinas de Ediacara. Ya en los años 30 del siglo XX fueron descubiertos en este emplazamiento todo tipo de rastros fósiles que evidenciaban una vida realmente antigua, pero no sería hasta el descubrimiento de Charnia que no se certificó su datación a finales del Precámbrico. Desde entonces numerosos fósiles han sido descubiertos en estas colinas, lo que pone en evidencia la existencia de ecosistemas antiguos donde prosperaban todo tipo de organismos complejos. En honor al lugar donde fueron descubiertos a esta división de tiempo, previa a la Explosión cámbrica, se la conoce como periodo Edicárico.
¿Cómo era aquel mundo primitivo? Los seres ediacáricos prosperaron en un océano cálido y poco profundo a orillas de un gran supercontinente austral. Por aquel entonces ya existían algas verdes de tipo laminar y criaturas similares a medusas, pero también muchos organismos extraños al parecer sin relación alguna con los invertebrados que actualmente viven. Seres planos con forma de disco como Dickinsonia, otros en los que ya se distinguía una cabeza y un extremo terminal como Spriggina, moluscos primitivos con concha como Kimberella o criaturas parecidas a esponjas como Coronacollina. Durante unos 20 o 30 millones de años la biota ediacárica prosperó en estos apacibles mares en los que no había grandes depredadores, pues muchos de estos animales vivían fijados a los lechos arenosos o se movían muy lentamente. Poco después, no obstante, desaparecerían sin dejar rastro para ser sustituidos por formas más evolucionadas; los ancestros de los animales que hoy conocemos.
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